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Tras una carrera para el olvido en Aragón, Fabio Quartararo no se fue de vacaciones. El piloto francés volvió a subirse a su Yamaha M1 en la jornada de test posterior al Gran Premio y, aunque hubo algunas novedades sobre la mesa, los avances parecen haber llegado con cuentagotas.
“La nueva evolución del motor va mejor, pero con las nuevas partes aerodinámicas no noto diferencia”, resumió Quartararo, visiblemente comedido al evaluar el material probado. Lo que sí llamó la atención fue el trabajo realizado con la electrónica: “Nunca habíamos hecho cambios tan grandes en una sola pista”, confesó.
Sin embargo, y a pesar de las pruebas, Fabio adelantó que para el próximo Gran Premio en Mugello volverán a la configuración usada anteriormente en trazados como Jerez, Le Mans y Silverstone. “Por la tarde solo probaré un setup que ha usado Augusto Fernández, nada realmente nuevo”.
El regreso a una especificación anterior no es caprichoso. Quartararo quiere ver resultados y rápido. “Parece que estamos dando pasos muy pequeños. Yo quiero dar uno grande, aunque sea a costa de retroceder. No quiero seguir esperando”, afirmó con determinación. Según explicó, aún queda mucho trabajo por delante dentro del box de Yamaha: “La mentalidad ha cambiado, pero todavía tenemos que aprender a trabajar bien juntos: yo, los ingenieros, el equipo... aunque estamos mejorando”.
En medio de este proceso de adaptación interna, ha aparecido una figura que podría ser más decisiva de lo que muchos imaginaban: Andrea Dovizioso. El expiloto italiano ha estado presente en el box durante el fin de semana de carreras y también durante los test, observando y aportando con su experiencia. Quartararo lo tiene claro: “Creo que yo y Andrea somos completamente opuestos, y trabajar con alguien que es tu opuesto es mejor que hacerlo con alguien parecido a ti”.
El francés destacó la capacidad de Dovizioso para traducir sensaciones en palabras útiles para los ingenieros: “Su punto fuerte es cómo consigue explicarme las cosas y transmitir información al equipo. Conoce exactamente lo que pasa en la moto, hasta el más mínimo detalle, y eso es muy valioso para los técnicos. Por ejemplo, durante la carrera el ‘chattering’ iba aumentando, yo lo notaba, pero eso no se ve en los datos. Andrea sí sabe lo que está pasando y puede mejorar mucho la comunicación entre pilotos e ingenieros”.
Ante una figura tan útil, la pregunta es inevitable: ¿debería Dovizioso tener un rol más estable dentro del equipo? “Para él sería un poco aburrido”, bromeó Fabio. Pero luego, en tono más serio, añadió: “En carreras cercanas a casa, en Italia, en España, en Europa, creo que sería una ayuda si viniera. Yo pienso que no estamos aprovechando lo suficiente a Dovizioso. El equipo debería darle la posibilidad de involucrarse más profundamente en el aspecto técnico”.
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Quartararo también subrayó cuál considera que debe ser la prioridad del equipo en este momento: “Creo que podríamos dar un gran paso adelante si mejoramos el grip mecánico. Aún no lo hemos conseguido, o al menos no lo suficiente. Además, no sabemos todavía cuánto podremos avanzar con la electrónica, pero creo que nos ayudará mucho”.
