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Ver a Pecco Bagnaia en el podio de Aragón este domingo fue una sorpresa para muchos, pero verle sonreír abiertamente por un tercer puesto fue, quizás, una sorpresa aún mayor. Este gesto, tan poco habitual en un piloto acostumbrado a celebrar únicamente las victorias, es la prueba más evidente de que este podio es mucho más que 16 puntos.
Es una bocanada de oxígeno tras una larga apnea, la confirmación de que ha encontrado un camino para salir de la crisis de sensaciones que le ha atormentado. Parte de la clave, según ha revelado, fue un cambio en los discos de freno -ha montado los más grandes, de 355 mm-, aunque el propio piloto insiste en que la solución es más compleja que un simple cambio de pieza.
Hacía mucho tiempo que no se veía a un Bagnaia tan exultante por un tercer puesto, algo que él mismo reconoció con humor. "¡No recuerdo yo tampoco! Haré más fiesta que por otros resultados", bromeó, en un claro contraste con su enfado tras lograr el mismo resultado en Jerez a principio de temporada.
Esta felicidad se debe a que, por fin, ha vuelto a sentir la moto y a tener la confianza necesaria para pilotar como él sabe. El "secreto" fue una modificación en el sistema de frenado. "Sí, los he cambiado [los discos de freno]", confirmó. "No habíamos pensado nunca en ello, pero me han permitido dar un gran paso adelante. Podía frenar menos y parar mejor la moto".
Sin embargo, el tricampeón del mundo fue rápido en matizar que sería simplista atribuir su espectacular transformación de un día para otro únicamente a este cambio. "Seguramente, no han sido solo los discos de freno. Ayer estaba en grandísima dificultad, no conseguía hacer nada: desde la frenada hasta la entrada en curva perdía el tren delantero en cada punto. Desde esta mañana, en cambio, me he encontrado mejor", explicó, poniendo en perspectiva la profundidad de sus problemas del sábado. La mejora, por tanto, es una combinación de factores donde los frenos han sido un catalizador fundamental.
El cambio a unos discos de mayor tamaño, según Pecco, fue un ejemplo de "pensar fuera de la caja", de buscar soluciones en elementos que a veces se dan por sentados. "Los discos de freno más grandes me han permitido tener una mayor gestión tanto en la frenada como en la entrada en curva, ha sido una gran ventaja", detalló. "Hoy me ha ayudado tener más modulabilidad, poder insistir o soltar más los frenos, ser menos 'on-off'. Ha sido un buen paso adelante". Esta mejora en el tacto y el control le ha devuelto la confianza perdida.
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Durante la carrera, Bagnaia demostró su recuperada competitividad manteniendo una bonita pugna por la segunda posición con Álex Márquez. Aunque no pudo superarle, no dudó en elogiar el rendimiento de su rival. "He intentado seguir a Álex Márquez, pero su ritmo era más rápido que el mío. He intentado tener una oportunidad de atacarle, pero él no ha cometido ni un solo error a pesar de estar bajo presión, ha mejorado mucho este año", reconoció con deportividad.
A pesar del excelente resultado, el piloto de Ducati se muestra cauto y realista, consciente de que este es solo el primer paso. "No pienso que hayamos encontrado la solución a todos mis problemas, pero sí algo que me ha ayudado", afirmó. Por ello, el test oficial de mañana lunes en este mismo circuito de Motorland se antoja crucial. "Mañana tendremos una jornada de test y será importante para mejorar todavía más. Yo tengo que ir a Mugello y creer que puedo al menos luchar por la victoria, en Aragón nunca he tenido esa posibilidad".
Lo más importante que Bagnaia se lleva de Aragón no son los puntos, sino el impulso anímico. "Nunca. No dudo nunca, soy una persona positiva", aseguró al ser preguntado si alguna vez temió no encontrar una solución. "Hoy he perdido puntos en el campeonato, pero he ganado confianza. Es muy importante después de dos Grandes Premios como los últimos que he corrido".
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Y con esa confianza renovada, su objetivo es claro: "Pero sé también que debo continuar trabajando para reducir la diferencia con los dos hermanos Márquez. Es este mi objetivo". La caza ha vuelto a empezar.
