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Un enorme suspiro de alivio recorrió el box del Ducati Lenovo Team este domingo en Motorland Aragón. Tras un sábado de pesadilla que ahondó la crisis de Pecco Bagnaia, el piloto italiano resurgió en la carrera principal para lograr un podio que sabe a victoria. Davide Tardozzi, director del equipo, ha revelado la clave de esta transformación: un arreglo de última hora, una idea "en la que nunca antes habíamos pensado", y ha confesado con una honestidad brutal la frustración que reinaba en el equipo: "Estábamos hartos de escuchar las mismas cosas de Pecco".
La metamorfosis de Bagnaia en menos de 24 horas ha sido asombrosa. El sábado, tras finalizar fuera de los puntos en la carrera al Sprint, el tricampeón del mundo se mostraba abatido, perdido en un mar de dudas sobre la falta de sensaciones con el tren delantero de su GP25. Sin embargo, el domingo, una moto transformada le permitió luchar por las primeras posiciones y asegurar un tercer puesto que rompe una racha muy negativa y devuelve la esperanza a la escuadra de Borgo Panigale.
En sus declaraciones posteriores a la carrera, Davide Tardozzi no ocultó la alegría y, sobre todo, el alivio que sentía todo el equipo. "Estamos absolutamente muy contentos por Pecco de que parezca que ha vuelto, y estamos muy contentos porque los ingenieros han estado trabajando durante las últimas dos carreras para intentar reencontrar esta sensación del tren delantero", explicó el italiano. La clave, según Tardozzi, fue una solución encontrada in extremis tras la debacle del sábado.
El veterano director de equipo fue sorprendentemente sincero al describir la tensión y el desgaste que el problema de Bagnaia estaba generando internamente. "Creo que estábamos hartos de escuchar las mismas cosas de Pecco, no porque no confiáramos en él, sino porque no éramos capaces de encontrar una solución a su problema", admitió. Esta confesión revela la impotencia que sentía el equipo de fábrica al no poder proporcionar a su piloto estrella las herramientas necesarias para ser competitivo, a pesar de probar innumerables soluciones.
El punto de inflexión llegó gracias a una idea surgida tras una conversación entre piloto e ingeniero el sábado por la noche. "De todos modos, creo que fue algo en lo que nunca habíamos pensado antes y, después de una charla con él ayer, su ingeniero de pista tuvo esta idea y finalmente funcionó", desveló Tardozzi, aunque sin querer entrar en detalles técnicos: "Solo pequeñas cosas en el tren delantero. No quiero hablar de ellas, quizás Pecco lo diga".
Este cambio, por pequeño que fuera, ha supuesto un mundo para el equipo. "Y finalmente hoy fue un alivio, encontramos algo que hemos estado buscando desde Jerez, Le Mans, Silverstone".
Con esta nueva base, el test oficial de mañana lunes en el mismo circuito de Aragón se vuelve aún más crucial para Ducati. "Parece que funciona. Así que intentaremos mejorar esta sensación mañana en el test, porque nos gustaría tener al mejor Pecco posible en Mugello la semana que viene", afirmó Tardozzi. La confianza en el box rojo ha dado un giro de 180 grados, y ahora las expectativas para la próxima cita en Italia son máximas: "Necesitamos mejorar en esta área y creo que tendremos a un Pecco fantástico en Mugello".
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Este podio y, sobre todo, este "descubrimiento" técnico, llegan en un momento crítico para las aspiraciones de Bagnaia en el campeonato. Tras la dominante victoria en Aragón de su compañero de marca, Marc Márquez, Pecco se encuentra a 93 puntos del liderato. Sin embargo, las próximas dos citas, Mugello y Assen, son tradicionalmente circuitos talismán para el italiano, y llegar a ellos con las sensaciones reencontradas podría suponer el punto de inflexión definitivo que necesita para intentar una remontada en la segunda mitad de la temporada.