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Sin rodeos, con la crudeza y honestidad que le caracterizan cuando las cosas van mal, Fabio Quartararo ha definido su fin de semana en el Gran Premio de Aragón con una sola palabra: "Una mierda". El piloto francés del equipo oficial Yamaha ha cerrado de la peor forma posible una cita que se ha convertido en una auténtica pesadilla para él, con una caída en la carrera del domingo que se suma al undécimo puesto del Sprint y que supone su tercer Gran Premio consecutivo sin sumar un solo punto.
El calvario de Quartararo en el trazado aragonés no fue un hecho aislado del domingo, sino la culminación de una serie de problemas técnicos que arrastró durante todo el fin de semana. "Como ayer, he sufrido 'chattering' en el tren trasero, bloqueo del delantero y con el 'grip' he sufrido mucho a pesar de que era mejor que ayer", explicó un frustrado
Su carrera terminó antes de tiempo cuando, intentando sobreponerse a las dificultades, forzó el ritmo y perdió el control. "Desafortunadamente, hoy no podía pilotar: intenté empujar, pero por desgracia se me cerró el delantero y me caí".
El principal quebradero de cabeza para el francés y para Yamaha es un misterioso problema de vibraciones que aparece de forma recurrente y sin un patrón claro. "Cuando hacemos 4-5 vueltas todo va bien, luego a partir de la sexta vuelta empiezan estas vibraciones", detalló el piloto.
"Desafortunadamente no sabemos a qué se debe, si a la electrónica o al neumático. Esto no ha sucedido nunca dos veces seguidas y tenemos que entender el motivo". Esta incertidumbre sobre el origen del 'chattering' añade una capa de complejidad y preocupación en el box del equipo japonés.
Heartbreak for Quartararo 💔
— MotoGP™🏁 (@MotoGP) June 8, 2025
That's his 3rd consecutive Grand Prix DNF #AragonGP 🏁 pic.twitter.com/xTTi9PJMea
La frustración de Quartararo se hizo aún más evidente al analizar el rendimiento general de su marca en un circuito donde, teóricamente, la Yamaha debería haber mostrado su potencial. "El hecho es que aquí en Aragón hemos sido la última marca y no hay mucho de lo que estar satisfechos", sentenció con dureza. A pesar de que el agarre de la pista mejoró con el paso de las vueltas, su falta de confianza le impidió ser competitivo: "El 'grip' era bastante bueno, pero si no tengo velocidad no consigo ser agresivo y la moto tiende a no tener adherencia".
Con la vista puesta en el crucial test oficial que se celebra mañana lunes en este mismo circuito, Quartararo y su equipo tienen una larga lista de tareas pendientes, aunque el francés alberga ciertas dudas sobre la idoneidad del trazado para sacar conclusiones claras. "Algo hemos entendido en términos de electrónica, pero por lo demás es para olvidar", comentó sobre lo poco que puede salvar del fin de semana.
"Mañana tendremos el test y probaremos el motor, es decir, el que utiliza [Augusto] Fernández, y algunos ajustes en el basculante. Personalmente, soy de la idea de que esta no es la pista adecuada para hacer test. Quizás solo puede serlo para evaluar el motor, vistas las largas rectas", apuntó.
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Tras los ceros consecutivos de Le Mans (caída), Silverstone (avería en el 'ride-height device') y ahora Aragón (caída), el campeón del mundo de 2021 necesita urgentemente un punto de inflexión. Aunque el rendimiento en Aragón ha sido un duro golpe a la moral, Quartararo intenta mirar hacia adelante con algo de esperanza. "En algunas pistas estamos delante, en otras en cambio, detrás. El hecho es que Aragón debería haber mostrado el potencial de la Yamaha, y en cambio hemos sido los que peor hemos estado. Sin embargo, quiero ser optimista para Assen y Mugello", concluyó.