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En el siempre efervescente mercado de pilotos de MotoGP, donde cada rumor puede encender la pradera, ha surgido desde Italia una especulación tan sorprendente como ambiciosa: Yamaha tendría en su punto de mira nada menos que a Pecco Bagnaia, y estaría soñando con la posibilidad de vestirle de azul, quizás incluso a partir de la temporada 2026, a pesar del sólido contrato que une al bicampeón del mundo con Ducati hasta finales de 2027.
La casa de Iwata, en pleno proceso de resurgimiento tras años complicados y ahora bajo la nueva dirección deportiva de Paolo Pavesio –sucesor de Lin Jarvis–, no oculta su intención de volver a ser una potencia hegemónica en MotoGP. Para ello, consideran esencial contar con dos pilotos de primerísimo nivel en su equipo oficial, ya que, según fuentes a las que ha tenido acceso Sky Sport, "Quartararo solo no basta". Bagnaia, por su palmarés y talento, encaja a la perfección en el perfil de piloto por el que Yamaha "haría cualquier esfuerzo, económico y técnico".
Paradójicamente, son las dificultades que Pecco Bagnaia está encontrando en este inicio de temporada 2025 para encontrar el 'feeling' con su Ducati Desmosedici GP25 las que podrían haber alimentado esta osada aspiración de Yamaha.
Aunque la relación entre el piloto turinés y Ducati se describe como "excelente" a pesar de los problemas técnicos (actualmente es tercero en la general, a 72 puntos del líder Marc Márquez), la falta de resultados y la frustración podrían haber hecho pensar a algunos en el paddock que se abría una pequeña ventana de oportunidad.
Sin embargo, la realidad contractual y la filosofía personal del bicampeón del mundo se erigen como un muro casi insalvable para las aspiraciones de Yamaha. Bagnaia tiene un contrato blindado con Ducati que se extiende hasta el final de la temporada 2027.
Además, el propio Pecco, al comentar recientemente la polémica situación entre Jorge Martín y Aprilia, dejó muy clara su postura sobre la validez de los acuerdos firmados: "Cuando tienes un contrato tienes que seguirlo, no puedes cancelarlo", afirmó. Y añadió: "En mi opinión, si te comprometes de palabra con algo y si firmas algo, debes respetarlo".
La relación entre Bagnaia y Ducati, descrita como excelente incluso en estos momentos de dificultad técnica, se sustenta en una larga y exitosa trayectoria conjunta. Bagnaia es el piloto más laureado de la historia de Ducati en MotoGP, y es "impensable", según analistas italianos, que unas pocas carreras complicadas puedan provocar una fractura tan profunda como para llevar a una separación traumática antes de tiempo. Su lealtad al proyecto de Borgo Panigale parece inquebrantable.
Yamaha, por su parte, tiene motivos para soñar en grande y buscar refuerzos de calibre. La marca de los diapasones ha mostrado una progresión impresionante en 2025, con la incorporación del equipo Pramac como estructura satélite (donde se da por hecho el fichaje de Toprak Razgatlioglu) y, sobre todo, con el rendimiento de Fabio Quartararo, quien ha logrado tres 'pole positions' consecutivas y estuvo a punto de ganar el Gran Premio de Gran Bretaña de no ser por un problema mecánico. Estos avances, sumados al trabajo en segundo plano en un motor V4, demuestran la ambición de Yamaha.
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Así, aunque Yamaha estaría dispuesta a realizar "cualquier esfuerzo, económico y técnico" por el turinés, y aunque su mentor Valentino Rossi sea una leyenda de la marca, el "sueño prohibido" de ver a Pecco Bagnaia de azul en 2026 parece destinado a seguir siendo solo eso, un sueño. La lealtad y el compromiso contractual del piloto italiano con Ducati son, hoy por hoy, barreras demasiado altas incluso para la renovada ambición de Yamaha.