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Un balón de oxígeno financiero de proporciones gigantescas llega desde la India para rescatar a KTM. Bajaj Auto, el coloso automovilístico indio y ya accionista mayoritario de la firma austriaca (posee el 74,9% de Pierer Mobility AG, la matriz de KTM), ha gestionado, según informan medios indios, un préstamo masivo de 566 millones de euros. Esta operación se considera crucial para que KTM pueda afrontar un pago de deuda inminente y asegurar su supervivencia a corto plazo.
La intervención de Bajaj se produce en un momento crítico para la compañía de Mattighofen, que atraviesa una severa crisis financiera desde el pasado invierno. Los números preliminares de Pierer Mobility AG para 2024 revelaron una situación alarmante: una deuda neta que supera los 1.600 millones de euros, un patrimonio neto negativo de casi 200 millones, una drástica caída de ventas del 29% respecto a 2023, y la dolorosa necesidad de acometer más de 1.600 despidos entre el año pasado y el primer trimestre de 2025.
En este delicado contexto, KTM logró que los tribunales austriacos aprobaran un plan de reestructuración, cuya primera condición es la devolución del 30% de su deuda (una cifra cercana a los 600 millones de euros) a los acreedores antes del próximo 23 de mayo.
El préstamo facilitado por Bajaj, que cuenta con el aval de importantes entidades financieras como JPMorgan Chase, DBS Bank de Singapur y Citigroup, está destinado precisamente a cubrir la mayor parte de este pago vital. Superar este escollo permitiría a KTM acceder a un beneficio de reestructuración estimado en 1.300 millones de euros, lo que podría restaurar un patrimonio neto positivo para la compañía.
Sin embargo, esta tabla de salvación proveniente de la India no está exenta de consecuencias. Es más que probable que esta operación financiera se traduzca en una influencia aún mayor por parte de Bajaj Auto en la toma de decisiones estratégicas de la marca austriaca, yendo más allá de su ya mayoritario control accionarial.
Aunque esta inyección de capital parece asegurar la viabilidad inmediata de KTM y le permite seguir adelante con su plan de reestructuración (que también incluye la salida del negocio de las e-bikes), el futuro a medio y largo plazo de sus ambiciosos y costosos programas de competición, especialmente en MotoGP, sigue generando cierta incertidumbre.
La crisis ya forzó a KTM a reducir el número de pilotos con apoyo de fábrica en diversas disciplinas para 2025, y en los momentos más duros incluso se llegó a especular con una posible retirada de MotoGP en 2026.
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KTM, por su parte, insiste en que no tiene planes de abandonar la categoría reina y que ya está trabajando en el desarrollo del motor de 850 cc para el nuevo reglamento de 2027. No obstante, la nueva correlación de fuerzas con su socio y ahora salvador indio podría tener un peso determinante en las futuras inversiones en competición.