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 Por John Fernández@johnfervar |
El pasado fin de semana, durante el Gran Premio de España celebrado en el circuito de Jerez-Ángel Nieto, un vídeo grabado desde la grada desató la polémica en redes sociales. En él, se ve a Valentino Rossi (que fue un fin de semana más a apoyar a su propio equipo, del que es dueño) reaccionar instintivamente tras la caída de Marc Márquez.
Algunos usuarios interpretaron la escena como una celebración del accidente por parte del piloto italiano, generando una ola de comentarios un tanto polémicos, como poco. Sin embargo, si se analiza con detenimiento, no hay base real para afirmar que Rossi se alegró del incidente; más bien una actitud totalmente sorpresiva.
El vídeo en cuestión muestra a Rossi rodeado por miembros de su entorno, como Alessio "Uccio" Salucci, mientras siguen la carrera desde detrás de la valla. Cuando Márquez pierde el control de su Ducati GP25 en la curva 8 y se va al suelo, Rossi da un pequeño salto de sorpresa. Pero nada más que eso, un salto sorpresivo. No hay gritos, no hay risas, no hay gestos inequívocos de celebración. La única voz audible es la de una mujer del público diciendo: "Oh, Marc se cayó, nooo".
💥Valentino Rossi se puso a celebrar en Jerez la caída de Marc Márquez.
— Pole 🇪🇸 (@SrPole_) May 1, 2025
Vaya entusiasmo le pone, aquél que no puso cuando Marc Márquez era su rival. (Ya que no ganó ningún campeonato)
Qué mala es la envidia, lo que va a sufrir este señor este año. 🫡#MotoGP pic.twitter.com/OsI62ZTctB
A pesar del historial tenso entre ambos pilotos (especialmente desde la célebre temporada 2015, cuando su rivalidad alcanzó su punto más álgido), nada en la reacción de Rossi apunta a una actitud de burla o satisfacción. Es más bien un reflejo involuntario, el tipo de respuesta que cualquiera puede tener al ver una caída repentina en una curva complicada. Lo que se ha viralizado es una interpretación forzada y descontextualizada.
Marc Márquez, por su parte, protagonizó un domingo complicado: se fue al suelo mientras rodaba tercero, logró reincorporarse y remontó hasta la duodécima posición. En declaraciones a DAZN tras la carrera, se mostró crítico consigo mismo y lamentó el error, aunque también celebró la victoria de su hermano Álex y aseguró que seguirá trabajando para no repetir fallos si quiere luchar por el título.
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En un deporte como MotoGP, donde las pasiones son intensas y los recuerdos de viejas rivalidades siguen vivos, es fácil que un gesto se malinterprete. Pero convertir una reacción de sorpresa en una supuesta alegría por la caída de un rival no solo es injusto, sino que también alimenta una narrativa que ya no se sostiene desde hace años. No es lo que el deporte, ni las motos buscan.
