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Augusto Fernández ha dado sus primeras vueltas como piloto de WorldSBK en el circuito de Portimao, y no ha sido precisamente un camino de rosas. El español, llamado a filas por Yamaha para sustituir al lesionado Jonathan Rea, se enfrentó a su primera toma de contacto con la Yamaha R1 en dos jornadas de test marcadas por la lluvia y el desafío de adaptarse a una moto completamente nueva.
Fernández, que llega a WorldSBK tras dos años en MotoGP, asumió el reto tras la desafortunada lesión de Rea, quien sufrió múltiples fracturas en su pie izquierdo tras una caída en Phillip Island. Sin tiempo que perder, el campeón del mundo de Moto2 en 2022 se puso el mono de trabajo en Portimao, enfrentándose no solo a la incertidumbre del clima, sino también a la complejidad de domar una Superbike.
"La diferencia más grande han sido los neumáticos, son completamente distintos a lo que estoy acostumbrado", confesó Fernández tras completar dos días de pruebas. "Y por supuesto, la moto es diferente... Son muchas cosas, pero me estoy adaptando. Estoy contento con el equipo, quiero agradecerles el trabajo que han hecho. No han sido dos días fáciles, pero hemos aprendido mucho y, aunque todavía no estamos al 100% para la carrera, lo conseguiremos."
El primer día, Fernández completó 42 vueltas, aunque una caída en los compases finales frenó su progresión. Afortunadamente, el piloto salió ileso y pudo volver a la acción al día siguiente, sumando 34 vueltas más y marcando un mejor tiempo de 1’41.362, a 1.7 segundos del mejor crono global del test establecido por Toprak Razgatlioglu.
El clima, sin embargo, no se lo puso fácil. La lluvia limitó las oportunidades en pista, algo que no solo afectó a Fernández, sino también al resto de equipos que buscaban afinar sus máquinas de cara a la segunda ronda del campeonato. "No tuvimos el mejor clima, así que no hubo mucho tiempo en pista", explicó el piloto mallorquín. "Pero al final, por suerte, tuvimos la última hora, que fue importante porque había cosas que queríamos probar para avanzar en el proceso de aprendizaje".
A pesar de las dificultades, Fernández valoró de forma positiva su evolución en el test. "Estoy contento con cómo fue todo, conseguimos mejorar el tiempo de vuelta al final, así que estoy feliz por eso. Ahora toca seguir conociendo al equipo y tratar de estar listos para el fin de semana de carrera", afirmó.
El reto para Fernández es mayúsculo. No solo se enfrenta a la adaptación a una moto completamente diferente, sino también a la presión de reemplazar a un seis veces campeón del mundo como Jonathan Rea. Aun así, el piloto español parece tomarse el desafío con la determinación que le caracteriza.
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Fernández sabe que la adaptación llevará tiempo, pero su enfoque es claro: trabajo, paciencia y más kilómetros en pista. "No ha sido fácil, pero hemos aprendido mucho en estos días", reiteró. El objetivo ahora es aprovechar cada oportunidad para pulir sensaciones y llegar en las mejores condiciones posibles a su primera carrera oficial en el Campeonato del Mundo de Superbikes dentro de cinco días.