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Fabio Quartararo protagonizó una de esas escenas que no se ven todos los días en MotoGP. Durante la sesión de Práctica del viernes en Argentina, su Yamaha M1 se quedó sin gasolina, obligándole a empujar la moto de regreso al box bajo la mirada curiosa de todos en el paddock. Lejos de frustrarse, el francés se tomó la situación con humor y lanzó una broma a su equipo: "Mis mecánicos me deben unas cervezas por esto". Y aunque el contratiempo pudo haber complicado su jornada, Quartararo logró asegurar su pase directo a la Q2.
La jornada de Quartararo fue cualquier cosa menos tranquila. Por la mañana, ya se enfrentó a problemas que no esperaba: "No imaginaba que iba a costar tanto en la primera sesión del viernes", reconoció. Por la tarde, las cosas tampoco mejoraron del todo. Intentó probar el chasis estándar de la Yamaha, pero el intento quedó frustrado cuando su moto se detuvo en la segunda vuelta.
"Tuve un problema técnico, el motor se paró y no pude probar el chasis", explicó. A esto se sumó un pequeño caos con la elección de los neumáticos, lo que complicó aún más la jornada. Sin embargo, al final del día, Quartararo encontró algo de luz al final del túnel: "Quería seguir a Bagnaia, pero se cayó en la curva 2. Aun así, estoy satisfecho. Lo importante es que estamos en la Q2".
Y es que, a pesar de los problemas, el francés firmó la octava vuelta más rápida, demostrando que incluso en solitario puede marcar tiempos competitivos.
Pero el momento más curioso del día llegó cuando Quartararo se quedó literalmente sin gasolina. "Tuvimos un pequeño problema con el depósito, me quedé sin combustible. Por eso digo que mis mecánicos me deben unas cervezas", comentó entre risas.
Q2 spot secured, but it wasn't all smooth sailing for Quartararo earlier on 😤#ArgentinaGP 🇦🇷 pic.twitter.com/k08uwA3sth
— MotoGP™🏁 (@MotoGP) March 14, 2025
Por suerte, el percance no pasó de ser una anécdota. "Fue un error humano, pero mejor que haya ocurrido hoy y no en carrera", apuntó con alivio. Eso sí, la escena de Quartararo empujando su moto hasta el box no pasó desapercibida para nadie. "Tuve que empujar la moto unos 200 metros. Los comisarios hasta me aplaudieron, pero terminé más cansado que después del entrenamiento completo", bromeó.
Aunque Quartararo logró salvar el día, es consciente de que todavía hay trabajo por delante si quiere aspirar a un buen resultado en la sprint y en la carrera larga. "Tenemos que trabajar mucho en el agarre del neumático trasero y ver en qué otros aspectos podemos mejorar", explicó.
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Además, el francés sabe que también debe analizar el rendimiento de su compañero de equipo, Álex Rins, quien terminó sexto en la clasificación. "Hay que ver dónde fue más rápido Alex. Él también tuvo la ventaja del rebufo", señaló en referencia a la rueda que cogió el catalán, la de Marc Márquez.