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Ya hemos visto que en el CES de Las Vegas hay un pequeño hueco para las motos. Por ejemplo, que hayamos visto, el casco más avanzado del mundo para moto... O una moto-dron, directamente. Es la última locura que una marca ha presentado en la feria de tecnología más importante del mundo.
En esta ocasión, todas las miradas se han centrado en la Skyrider X1, un prototipo que combina las funciones de una moto con las capacidades de un dron; una mezcla tan surrealista como hipotéticamente útil en un futuro cercano. Este vehículo híbrido promete transformar la movilidad urbana al ofrecer una alternativa aérea para esquivar el tráfico, con la capacidad de despegar y aterrizar de forma automática. Aunque no por mucho tiempo ni autonomía.
La tecnología detrás de la Skyrider X1 es poco menos que impresionante. Viene con ocho rotores independientes, que no solo proporcionan estabilidad en vuelo, sino que también asegura redundancia en caso de fallos técnicos. El fabricante, Rictor, ha anunciado dos versiones: una con una autonomía de 25 minutos y una batería de 10,5 kWh, y otra más avanzada que permite vuelos de hasta 40 minutos gracias a una batería de 21 kWh.
Además de su autonomía, la seguridad es uno de los pilares del diseño. La cabina cerrada protege al piloto y los sistemas de control triple redundante garantizan un manejo seguro incluso en condiciones adversas. Es como aquel scooter BMW C1, pero para surcar los cielos y la carretera al mismo tiempo. Para los más aventureros, la moto-dron ofrece un modo de pilotaje manual mediante una palanca de control, mientras que sus sistemas automáticos pueden calcular rutas óptimas teniendo en cuenta factores como la autonomía restante y el clima.
Uno de los puntos más interesantes es la incorporación de un paracaídas de emergencia, una solución diseñada para mitigar riesgos en situaciones críticas. Sin embargo, el mayor desafío para este innovador vehículo no es técnico, sino regulatorio. La Skyrider X1 deberá enfrentarse a estrictas normativas de aviación antes de convertirse en una realidad cotidiana.
A pesar de los obstáculos, Rictor confía en el potencial de su creación. La empresa, con experiencia en movilidad eléctrica, ya trabaja en sistemas que integran transporte terrestre, marítimo y ahora aéreo. Aunque el camino hacia la comercialización aún es incierto, el proyecto representa un paso significativo hacia la democratización del vuelo personal.
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El futuro de la Skyrider X1 dependerá en gran medida de cómo se adapten las regulaciones a esta nueva era de movilidad, ya que camina sobre terreno pantanoso legislativamente hablando. Pero si algo queda claro tras su presentación en el CES, es que la idea de moverse por el aire ya no pertenece exclusivamente a la ciencia ficción.