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La Yamaha R6 siempre ha sido sinónimo de ligereza y velocidad, una joya de ingeniería diseñada para devorar curvas y hacer rugir la pista. Pero para Gregulations, un YouTuber británico con una afición por llevar las cosas al extremo, esto no era suficiente. En su última creación, la moto ha sido transformada en una suerte de velocípedo del siglo XIX con esteroides: el Super Farthing.
El detalle más llamativo es su llanta delantera de 165 kilos, fabricada en acero macizo. Para ponerlo en perspectiva, esta rueda pesa tanto como la propia Yamaha R6 en seco. Sí, han leído bien: el peso de una moto deportiva entera concentrado en un único componente. Greg explica que la eligió porque necesitaba algo “extra mega fuerte” para soportar el desafío más absurdo de todos: convertirlo en el penny farthing -biciclo- más rápido del mundo, es decir, superar los 35 km/h que marcan el actual récord.
Aunque claro, hay un pequeño inconveniente: el Super Farthing no tiene pedales. Greg ironiza: “¿Puede realmente considerarse un penny farthing? ¡Blasfemia! No me extraña que no esté permitido en Portland”.
El Super Farthing no es solo la llanta frontal. Todo el conjunto parece salido de un sueño febril: un basculante trasero igualmente macizo, diseñado para resistir, y estabilizadores que originalmente iban a ser hidráulicos, pero que finalmente permanecen fijos. Greg admite que gran parte de los materiales provienen de lo que tenía “tirado por ahí”, como tres toneladas de acero enterradas en su jardín. Todo ello ha dado como resultado un coloso que, con Greg a bordo, alcanza un peso total de 550 kilos.
“No hay nada como mirar hacia abajo y poder ver el techo solar de un coche mientras conduces”, bromea el creador. Y aunque los números parecen una receta para el desastre, Greg asegura que la experiencia de rodar esta bestia es única, incluso si sus problemas técnicos parecen sacados de una comedia de errores.
El proceso de construcción y pruebas no ha estado exento de contratiempos. Durante uno de los ensayos, el freno trasero dejó de funcionar por completo, y la flexión de las horquillas delanteras era tan extrema que incluso con el manillar girado al máximo, el Super Farthing seguía recto como una flecha. “El hecho de que los tornillos no se arrancaran bajo la fuerza lateral es un milagro”, confiesa Greg.
Tras analizar los problemas, decidió reforzar las horquillas con piezas de acero mecanizadas y reemplazar el cilindro maestro del freno, mientras añadía un sistema de suspensión de coche de carreras para evitar que los estabilizadores traseros se levantaran del suelo al acelerar.
A pesar de las mejoras, Greg admite que la gigantesca rueda delantera genera un efecto secundario inesperado: “Aceleras, el basculante trasero se levanta, y pierdes toda la estabilidad. Es como un botón suicida con pasos extra”.
Greg no se anda con rodeos al valorar su creación. “Lo que he hecho aquí es terrible. Es peor en todos los aspectos: más lenta, ridículamente cara, completamente impráctica... pero dime que no es increíblemente genial”.
Para él, el Super Farthing no es solo una moto, sino una obra de arte absurda que desafía las reglas. Y aunque no logró el récord del penny farthing más rápido, ha inventado un nuevo género: la super farthing, la moto que nadie pidió, pero que todos quieren ver en acción.
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