Javier Ortega @todocircuitoweb |
Desde un modesto garaje en Leganés hasta las vastas llanuras de África, Javi, conocido como "Javi Rides" en su canal de YouTube, ha emprendido una de las aventuras más insólitas del mundo del motociclismo. Armado con una Yamaha R6 de 2009 y un par de ruedas de tacos, este madrileño con un gusto por lo complicado se ha lanzado a recorrer más de 12.000 kilómetros hasta Sudáfrica, atravesando algunos de los terrenos más hostiles del planeta.
¿Lo mejor de todo? Lo hace por el simple placer de cumplir un sueño, el mismo que lo ha llevado a desafiar no solo las condiciones del continente africano, sino también las expectativas sobre lo que una moto deportiva puede lograr.
Javi ya había coqueteado con la aventura en su anterior viaje a Marruecos a lomos de una Vespino. Ese viaje, según explica, fue una experiencia que lo marcó profundamente: "La Vespino fue mi primera moto y siempre he tenido un cariño especial por ella. Hacer ese viaje me demostró que los límites los pone uno mismo. Claro que hubo momentos difíciles, pero las recompensas de un viaje así son únicas."
Sin embargo, en esta ocasión, Javi sabía que necesitaba algo más robusto para enfrentarse a un reto aún mayor. Tras barajar opciones como una Vespa y motos diseñadas específicamente para largos viajes, su corazón le marcó el camino: “Valentina, mi R6, es la moto de mis sueños. Es con la que me siento a gusto, la que me hace levantarme por la mañana con ganas de subirme y la que, aunque no sea la opción más lógica, es la que me motiva a seguir adelante.”
Pero preparar una moto deportiva para un viaje como este no es tarea sencilla. Javi ha dedicado meses a modificar su máquina, adaptándola con ruedas de tacos proporcionadas por Continental, barras anticaída, un protector de radiador y un guardabarros elevado para evitar que el barro lo deje tirado en mitad de la nada.
Además, añadió un soporte artesanal para las maletas, hecho a partir de un asiento modificado, y hasta un botón para activar el electroventilador en caso de que el calor africano ponga a prueba el motor. “No lleva un solo tornillo que no haya revisado. Todo el motor, los frenos, la cadena... Valentina está prácticamente nueva, y aun así sé que me va a dar guerra. Me gusta complicarme la vida, y esto es exactamente lo que estaba buscando.”
El viaje comenzó en Leganés con un día ya lleno de desafíos. Cargado hasta los topes con equipaje para acampar, cocinar y documentar cada momento de su travesía, Javi apenas había salido de su barrio cuando ya tuvo que reajustar las maletas. “La gente me miraba como si estuviera loco, y con razón. ¿Quién se va con una R6 a recorrer África cargada como si fuera una maxi-trail? Pero al final, lo importante es que la moto y yo nos entendemos, aunque a veces haga falta un poco de cinta americana para reforzar la relación,” bromea entre risas.
Tras un paso por Valencia para ajustar el embrague de la moto, llegó al puerto de Almería con el tiempo justo para coger el ferry hacia Melilla. La emoción de poner rumbo a África se desbordaba en cada palabra: "Después de tantos meses de preparación, por fin estaba en marcha. Me sentía como si estuviera soñando. La moto iba perfecta, el peso del equipaje ni se notaba, y aunque estaba muerto de hambre porque no había comido en todo el día, la ilusión lo compensaba todo."
Sin embargo, el entusiasmo chocó de frente con la realidad nada más llegar a la frontera marroquí. Según explica Javi, las autoridades le impidieron el paso porque su antigua moto, la Vespino con la que había viajado a Marruecos, seguía registrada en el sistema como si estuviera en el país. Esto convirtió el paso fronterizo en una pesadilla burocrática: “Me dijeron que o bien traía la Vespino para demostrar que no estaba en Marruecos, o que ponía la R6 a nombre de alguien desconocido, o que me volvía a España. Todo eran trabas. Estuve horas discutiendo con los guardias, pero era como hablar con una pared. Nadie hacía por entenderme.”
Primera duna y primer susto para Javi
La frustración se nota en sus palabras cuando recuerda ese momento: “Llevaba meses soñando con este viaje y me encuentro con un problema que ni siquiera tiene que ver con la moto que estoy usando ahora. Era surrealista. Me vi obligado a salir de la frontera y buscar ayuda desde Melilla. Subí una historia en Instagram pidiendo contactos o alguna solución porque en ese momento no veía cómo seguir adelante.”
A pesar de los problemas iniciales, Javi no parece dispuesto a abandonar su sueño. Este viaje es mucho más que una simple aventura en moto; es una declaración de principios. “No llevo patrocinadores, salvo el apoyo puntual de marcas que me han regalado piezas. Este viaje es mío, y lo hago porque quiero demostrarme que puedo. Me gusta salir de mi zona de confort y enfrentarme a retos que parecen imposibles. Si cruzar África con una R6 no es eso, no sé qué lo será.”
El camino que tiene por delante está lleno de incógnitas. Desde las carreteras desérticas de Mauritania hasta las lluvias tropicales del Congo, pasando por los espectaculares paisajes de Namibia, Javi sabe que cada kilómetro será una historia por contar. “África no es solo un destino, es una experiencia. Es vivir cada día como una aventura nueva, con lo bueno y lo malo. Estoy nervioso, claro, pero también emocionado como nunca.”
Con Valentina como compañera fiel y un espíritu que no se rinde fácilmente, Javi promete seguir adelante, pase lo que pase. "Lo que me hace seguir es el sueño de llegar a Sudáfrica, mirar hacia atrás y pensar: ‘lo conseguí’. No importa cuánto barro, arena o burocracia se interpongan, esto es lo que quiero hacer y lo voy a lograr."
Mientras tanto, nosotros seguimos pendientes de su canal de YouTube y sus actualizaciones, deseando que cada paso le acerque más a su destino y que, al final, Valentina y él puedan celebrar juntos el viaje de sus vidas. África, prepárate, porque Javi ya está en camino.
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Te dejamos con los dos primeros capítulos de su aventura: