 Redacción Síguenos en WhatsApp |
Maverick Viñales cierra un breve y discreto capítulo deportivo con Aprilia. El piloto de Roses completó en Barcelona su última carrera junto a los de Noale, un Gran Premio en el que, lejos de brillar, Maverick mantuvo la tónica habitual de las últimas carreras, sumando un solo punto a lo largo de las dos pruebas celebras en Montmeló, lejos incluso del top 10.
Para un piloto que desembarcó en Aprilia con el firme propósito de ser campeón del mundo de MotoGP con la RS-GP, el periplo de Maverick a lo largo de estos dos últimos años no puede calificarse de éxito. El de Roses solo ha ganado una carrera desde que llegó al box de Noale a mediados de 2021; fue en Austin, en el último Gran Premio de Las Américas, un escenario en el que Viñales también se apuntó la victoria en la Sprint Race, un éxito que el catalán ya había conseguido dos semanas antes en Portimao.
Lamentablemente, aquel fin de semana mágico de Viñales en EE. UU. no fue más que un espejismo; a partir de ahí, el dorsal #12 no volvió a visitar el podio en una carrera dominical, dejando un par de terceros puestos en las Sprint de Le Mans y Assen como resultados más destacados.
Viñales deja Aprilia con un séptimo puesto en la general de MotoGP, superado por el debutante de GASGAS, Pedro Acosta (6º), y con el único consuelo de saber que ha sido la mejor RS-GP de la temporada; sin embargo, para un piloto con la ambición de Viñales, este adiós al fabricante italiano no es más que una salida por la puerta de atrás del box, lejos de los objetivos que piloto y marca se habían marcado en sus inicios.
En Barcelona, donde Viñales firmó una 15ª posición en la carrera del domingo, el catalán tenía pocas ganas de hablar. Maverick explicó que "no hay mucho que decir de este fin de semana", el último con Aprilia antes de su cambio a KTM, unas declaraciones que el #12 ofreció con cierta resignación y desgana, sin duda decepcionado por lo mal que le han ido las cosas con el fabricante italiano.
"¿En el fondo del pelotón? Da igual, hay que estar en algún sitio", respondía Maverick vagamente sobre su actuación en Montmeló. "Ha sido una carrera más, la verdad. Hemos optado por el duro (trasero) porque pensábamos que iba a funcionar, con el blando nos dieron mucho pánico en el garaje, yo estaba convencido de ir con el blando trasero, pero nos han hecho mucho pánico y hemos salido con el duro. Obviamente no ha funcionado".
A diferencia de su compañero Aleix Espargaró -que optó por el medio trasero y acabó quinto-, Viñales se encontró con un neumático trasero duro que le ofreció cero agarre desde la primera hasta la última vuelta: "La rueda patinaba mucho. Con mi manera de pilotar quizás controlo un poco más el neumático, pero igual, ya era ir sobre la lona".
Leer también: Marc Márquez llega al box del Ducati Team como si fuera un paquete de Amazon
Maverick fue muy aséptico en su despedida de Aprilia; el #12 simplemente dijo que esta carrera de Catalunya marcaba una "etapa acabada" y que ahora "empieza otra" junto al Tech 3 KTM, donde se unirá a Enea Bastianini. Su primera toma de contacto con la RC16 será mañana martes, en el test de Barcelona, una prueba que el piloto español espera con ganas: "¿Si tengo la cabeza en el test? Claro que sí", zanjó Viñales.
