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Sin nada que probar en su Desmosedici GP23, Marc Márquez aprovechó el último test de Misano para perfeccionar el setting de su Ducati con vistas a la próxima cita del campeonato que volverá a celebrarse en este circuito dentro de poco más de una semana.
El #93 firmó el séptimo mejor registro del test solo 24 horas después de llevarse la victoria en Misano, una carrera condicionada por la climatología en la que Márquez fue el más valiente cuando la pista estaba en peores condiciones, marcando la diferencia frente a sus rivales.
Su triunfo en Misano fue seguido de una gran fiesta junto a la gente de Gresini Racing, que disfrutó de un día mágico frente al público de casa, y eso se reflejó en el estado físico de Marc durante el test, algo cansado después de las emociones del fin de semana: "Cuando me desperté no tenía muchas ganas de volver a subirme a la moto. El domingo fue un buen día para el equipo, para mí y para mi confianza. Lo que cuenta en este momento es progresar y mantenerse cerca de los más fuertes", fue su primera valoración tras el test.
Centrado en su trabajo en pista, Marc y su staff técnico se limitaron "a probar cosas que ya sabíamos, y confirmamos la dirección que habíamos tomado. También probamos los nuevos Michelin y tengo que decir que fue extraño con el tren delantero. Es bueno en términos de estabilidad, pero todavía tienen que trabajar en la agilidad porque la moto es pesada y en el cambio de dirección es más difícil de pilotar", valoró el catalán con relación a la nueva carcasa delantera que Michelin introducirá en MotoGP la próxima campaña y que los pilotos pudieron probar en este último test.
Por las palabras de Marc, queda claro que ni él ni su gente se han querido romper la cabeza durante el test, sobre todo a solo unos días de volver a competir aquí: "Intentamos encontrar una buena base y equilibrio centrándonos en la puesta a punto. Hemos cambiado algunas cosas, pero al final hemos conseguido una moto parecida a la del fin de semana. Por la tarde había mucha suciedad en la pista y no paraba de pedir a los chicos que pusieran más par, pero en carrera será completamente diferente. Digamos que en la sesión de la mañana todos fuimos más lentos, mientras que después los tiempos mejoraron. Así que para la próxima carrera espero un grupo más unido".
Tras lograr en Misano su segunda victoria dominical consecutiva junto a Ducati, Marc tiene ganas de saber cómo le irán las cosas en el Gran Premio de la Emilia-Romaña que se celebrará en esta misma pista de Misano la próxima semana, una cita en la que el #93 partirá con algo de desventaja bajo su punto de vista.
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"Mi punto fuerte es la improvisación, así que volver a correr aquí no me favorece", opina el #93, que espera la llegada de nuevas pistas "que giran más a la izquierda" para volver a marcar la diferencia, señalando también las carreras de "Tailandia y Japón" como escenarios donde poder brillar de nuevo. "En cualquier caso, ahora cada fin de semana es una incógnita", es el resumen que hace Márquez.