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Aleix Espargaró completó en Aragón la que fue, según sus palabras, la peor carrera de MotoGP en la que ha competido en los últimos tres años. Después de un prometedor inicio de fin de semana que vio a las cuatro máquinas de Aprilia pasar directamente a la Q2, el guion cambió por completo al día siguiente, el sábado, después de que una lluvia torrencial limpiara la pista de goma durante la noche del viernes.
Las dos Aprilia oficiales de Aleix y Maverick Viñales acabaron en las dos últimas posiciones de la Q2, granjeándose la 11ª y 12ª posición de salida respectivamente; la Sprint Race fue terrible para los intereses de los pilotos de Noale, y así quedó constatado con la caída de Espargaró en la primera curva, nada más darse la salida, y con la última posición que ocupó Viñales, 19º en una carrera decepcionante para el dorsal #12.
El domingo, lejos de encontrar soluciones, la dupla del Aprilia Racing Team volvió a pasar por un auténtico calvario; Viñales decidió abandonar a media carrera al no encontrar agarre en su neumático trasero, tildando la situación de "peligrosa", y Espargaró decidió aguantar en pista y salvar los muebles con una décima posición que no contenta ni de lejos al de Granollers.
"Ha sido terrible, una pesadilla, probablemente la peor carrera de los últimos tres años para todos en Aprilia", fue el resumen que hizo el dorsal #41 al acabar la carrera del domingo. "Hemos cambiado la moto por completo, nunca la había pilotado así. Me costaba poner la rodilla en el suelo. Los neumáticos no funcionaban y estaba muy resbaladizo. Ha sido una carrera muy peligrosa, estaba más preocupado por evitar una caída que por ser competitivo. No podía inclinarme en las curvas, era una situación muy extraña y nueva".
Espargaró no tardó en comparar su rendimiento del viernes -cuando acabó segundo en la sesión de Práctica a dos décimas de Marc Márquez- con los pobres resultados cosechados el sábado y el domingo: "Lo que me enfada es que en condiciones normales de pista estuvimos entre los más rápidos el viernes por la tarde, fuimos muy competitivos y marcamos tiempos de 1:46. El sábado y el domingo, en seco y con los slicks, me quedé a cuatro segundos de mi tiempo del viernes. Es vergonzoso y tenemos que entender lo que ha pasado. Me resulta muy difícil aceptarlo", subrayó el catalán.
Espargaró centró toda su ira en el Michelin trasero, un neumático "que no funcionaba, deslizaba por todas partes", y con el que era "muy difícil evitar una caída, estaba luchando con Alex Rins y Nakagami. Por primera vez en mi carrera, no podía apoyarme en las curvas".
Aleix no quiere enterrar lo ocurrido en Motorland, y exige explicaciones para tratar de entender el motivo por el que Aprilia fue la única fábrica que se vio penalizada en Aragón por el estado de la pista: "Quiero una explicación técnica de por qué el neumático no funcionó. Seguro que las condiciones no eran buenas, pero eso no es una excusa porque es lo mismo para todos. Mis neumáticos y los de Marc Márquez eran los mismos. ¿Por qué yo era tres segundos más lento por vuelta?", se pregunta Espargaró.
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Además, el de Aprilia destacó que "no es la primera vez" que su fábrica sufre así durante un fin de semana por culpa de los neumáticos: "Recuerdo Argentina hace dos años con las condiciones de lluvia y frío, o Jerez en la calificación. Puedes tener una pista con más o menos agarre, como Barcelona o Misano. Pero cuando encontramos algo extraordinario, como este fin de semana, es increíble lo difícil que es pilotar la moto. El sábado hice un tiempo de 1:50, el mismo que Alonso López hizo el viernes con la Moto2".