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Marc Márquez ha vuelto a sacar petróleo de un fin de semana que, al igual que en Le Mans, se le complicó al de Gresini ya en la primera jornada, cuando se quedó fuera del acceso directo a la Q2. El catalán se atascó en la Q1 y solo pudo ser 14º en parrilla, una posición que no lo frenó ni el sábado ni el domingo para subir al podio en las dos carreras del Gran Premio de Catalunya, sin duda un gran resultado para el piloto español.
"Si lo sé, me muerdo la lengua. El jueves dije 'si acabamos en el podio, cuidado'", decía este domingo Marc entre risas al micrófono de DAZN. El de Gresini fue uno de los pocos pilotos de la parrilla, junto a su hermano Álex, Pedro Acosta y Jack Miller, en montar el neumático blando trasero, una apuesta arriesgada para un Márquez que saltó a pista sin saber si este compuesto le aguantaría hasta el final.
"Si te digo la verdad, tengo muchas ganas de analizar los datos porque es la primera carrera en la que, con la Honda, lo tenía todo muy controlado, sabía cuando era mejor el blando y cuando era mejor el medio, pero aquí no lo tenía tan claro", reconocía el ocho veces campeón del mundo.
Marc ha explicado que "salir 14º me ha forzado a ir con el blando, porque si tú pones el medio y lo estresas mucho al principio sin tener el grip, lo sobrecalientas para adelantar y estás muerto, y entonces he decidido poner el blando para tener ese extra de grip sin pasarme, y así de esta manera poder ir adelantando a pilotos".
A diferencia del sábado, y a pesar de que ganó cuatro posiciones, hoy la salida de Márquez no fue nada destacable: "La salida no ha sido buena. Esto me ha complicado muchísimo la carrera y me lo he tomado con paciencia. Lo mejor es que pensaba que estaba luchando por un quinto, te lo prometo, y cuando he pasado por línea de meta me he visto tercero... ha sido un chute adrenalina guapo", decía entre risas tras conquistar el tercer cajón del podio.
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— MotoGP™🏁 (@MotoGP) May 26, 2024
@marcmarquez93 is DANCING with joy after that one 🕺#CatalanGP🏁 pic.twitter.com/vaQpSAyry3
Pese a sumar ya ocho caídas con Ducati, todos los percances que ha sufrido Marc hasta ahora sobre su GP23 han sido leves, y ninguno le ha pasado factura a su maltrecho cuerpo. Márquez afirma "encontrarse muy bien físicamente", algo que "requería tiempo" tras su última temporada de castigo en Honda: "Llevaba un último año que me lesionaba cada tres meses y era incapaz de coger ritmo. Evidentemente, pues tengo más mantenimiento, soy como una moto usada, hay más mantenimiento, pero con el mantenimiento justo, pues estoy intentando dar el máximo tanto en pista como en el gimnasio y bueno, lo demuestran las carreras. Es cierto también que la Ducati en este caso ayuda, es una moto fácil de pilotar entre comillas, cómoda y esto pues me facilita bastante la vida".
Marc ya ha demostrado tener ritmo suficiente para soñar con todo en una carrera. Ahora, insiste, solo tiene una tarea "muy pendiente" según sus propias palabras, "subrayada en amarillo o en rojo, en todos los colores: mejorar el viernes, el qualifying, si mejoramos eso podemos optar a todo, si no mejoramos eso no la salvaremos todas como este fin de semana, van dos de dos sí, pero debemos mejorar eso".
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Y ya pensando en su futuro más inmediato, en 2025, el #93 dice no saber nada de Ducati a solo unos días del anuncio oficial sobre qué pilotos formarán el box del Lenovo Team la próxima campaña: "A mí no me han dicho nada, ¿a ti? Pregúntale a Martín", se reía un Márquez que afrontará la cita de Mugello clasificado en la tercera posición, a 41 puntos de Martín.