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La adaptación de Álex Márquez a la Desmosedici GP23 está siendo más lenta de lo deseado para el piloto catalán; después de cuatro grandes premios, el de Cervera ocupa una discreta 11ª posición en la general del campeonato y acumula la mitad de puntos que su nuevo compañero de equipo, su hermano Marc, que ya cuenta con 60 puntos en su casillero que le sitúan en una sólida sexta posición en la tabla.
El dos veces campeón del mundo de motociclismo todavía se está aclimatando al prototipo de este año, una Desmosedici GP23 que, según palabras del propio Álex, es notablemente más competitiva que la GP22 que llevó el año pasado, un potencial que el piloto de 28 años todavía no sabe cómo explotar al 100%.
El piloto del Gresini Racing opina que "el año pasado se podía hacer lo mismo con la moto de 2023 que con la de 2022, las diferencias eran mínimas", algo que ya no sucede esta temporada, donde Ducati parece haber incrementado la brecha entre la moto oficial y la versión del año anterior: "Este año, hay una mayor diferencia entre la GP23 y la GP24. Por eso intentamos no tomar tantas referencias de los pilotos con la moto de este año. Esto se nota más en unos circuitos que en otros".
Después de estas primeras carreras, Álex tiene la percepción de que "la GP24 es un poco más estable" que la moto que llevan él y Marc, señalando que "probablemente la aerodinámica y el motor influyen en ello", dos elementos que varían respecto a la GP23. El menor de los Márquez no cree que la Ducati 2024 sea una moto perfecta y opina que "también tendrá puntos débiles", aunque si tiene que hacer una valoración general, admite que "el paquete 2024 parece ser mejor".
Mientras Álex sigue descubriendo las bondades de la GP23, Marc parece tener bajo control su nueva máquina. Para el #73, hay un área en la que su hermano destaca por encima de él y del resto de pilotos Ducati, y esa es la frenada: "Marc tiene un estilo de frenada propio. Tenía esa fortaleza con la Honda y parecía imposible hacerlo con la Ducati. No sé cómo demonios lo hizo, pero ahora también tiene esa fortaleza", asegura el catalán.
"Yo pensaba que no se podía hacer eso con la Ducati", argumenta Álex. "Es ese punto en el que frenas muy fuerte y entras muy rápido en la curva. Esta moto te da menos feedback, la Honda era más crítica, pero sabías lo que iba a pasar delante, entendías lo que estaba pasando. Nunca pensé que con la Ducati se podía hacer eso, pero él de momento lo está logrando".
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Como es lógico, el menor de los Márquez está haciendo todo lo posible por entender la técnica de su hermano y aplicarla a su propio estilo de pilotaje: "Cuando ves que alguien está marcando la diferencia en un momento determinado, intentas centrarte en ello. La entrada en curva fue mi punto débil el año pasado y lo mismo ocurrió en Jerez. Está claro que tengo que concentrarme en esta área", concluye el catalán.