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Stefan Bradl participó en el último Gran Premio de España en calidad de wildcard. El alemán disputó su primera carrera del año con una Honda totalmente desconocida para el probador de HRC, un prototipo que Bradl solo tuvo ocasión de probar unos días antes en un test privado en Montmeló antes de afrontar la ronda andaluza del campeonato, donde no logró nada destacable.
Fuera de la Sprint Race de Jerez por caída y 16º (y penúltimo) en la carrera principal del domingo, Bradl no acabó nada contento con el prototipo en el que Honda lleva semanas trabajando, una moto que también defraudó al resto de pilotos de HRC durante el test posterior del lunes, donde todos coincidieron en que la marca japonesa está siguiendo un camino erróneo con esta variante de la RC213V.
El más crítico con la nueva moto fue Johann Zarco; el francés aseguró al término del test de Jerez "no haber sacado nada positivo de esta moto", sin ocultar cierta sensación de decepción tras haber rodado con ella: "Sinceramente, esperaba dar un paso adelante con esta moto, pero no es ningún drama", matizó un Zarco que invitó públicamente a Honda a "dejar de lado" este prototipo y explorar nuevos caminos.
Según ha revelado ahora Bradl a Speedweek.com, todas las críticas vertidas por los pilotos de Honda contra esta moto "van en línea con mis declaraciones", dejando claro que esa moto no responde en absoluto a los comentarios y a las indicaciones que el alemán ha ofrecido a HRC durante los últimos meses: "Yo no habría hecho la moto así, fue decisión de Honda. Ellos me la dieron, yo corrí con ella en Jerez y les di mi opinión".
El piloto de 34 años cuenta que "el cambio más grande es a nivel aerodinámico, es totalmente nueva. Es el primer paso hacia una moto nueva, toda la zona trasera, los laterales y la zona superior cambian. También se han hecho cambios internos en el chasis. La moto la probé unos días antes en Barcelona, aunque solo pude dar unas vueltas con ella".
A pesar de la decepción que ha supuesto el estreno de esta nueva variante, Bradl insiste en que Honda "está trabajando en muchas áreas aunque no se vea así desde fuera"; el de Augsburg lamenta "no haber encontrado la dirección correcta, el test del lunes lo confirmó", y aunque ya sabía de antemano que esta moto no iba a convencer a sus compañeros de fábrica, entiende el motivo por el que Honda les dejó probarla en Jerez.
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"Tenemos que darle a los pilotos algo que probar. Al final no es fácil averiguar si debes darle algo nuevo con lo que sabes que no estarán contentos o no darles nada", argumenta en Bradl que vuelve a hacer hincapié en el "esfuerzo extremo" que su marca está llevando a cabo para volver a ser competitivos: "Lo único que lamento es que no estemos avanzando, pero no estamos de brazos cruzados. Honda es como un gran buque petrolero, no puede cambiar de rumbo de la noche a la mañana", zanja el alemán.