![]() @johnnyfumi |
Casey Stoner es recordado como una de las leyendas de MotoGP. Para muchos, su peculiar estilo dentro de la pista y su particular personalidad fuera de ella, fueron el culmen a una carrera deportiva excelente, pero que terminaron antes de tiempo. El expiloto australiano habla ahora de cuál fue la mejor y peor moto que llegó a pilotar en MotoGP, y contra todo pronóstico, hay una respuesta bastante esperable, y otra que no. Lo curioso es que con ambas motos, tanto la mejor como la peor, ganó sendos mundiales.
El dos veces campeón se hizo con la corona de la categoría reina en 2011, poco antes de retirarse. Aquel sería el último año de la Honda RC212V, la mejor moto que ha pilotado en su historia el australiano y con la que llegó a ganar el mundial. Sin embargo, hubo algo que lo chafó todo en aquella máquina: los neumáticos.
“La Honda RCV 212 antes de que Bridgestone cambiara los neumáticos”, afirma rotundamente Stoner a Motociclismo.it sobre la mejor moto que ha pilotado. El de Southport admite que “a principios de año, cuando hicimos pruebas, la moto era la mejor que había pilotado jamás. Después de un par de carreras los neumáticos cambiaron por completo y nos crearon muchos problemas; intentamos arreglarlo, pero no pudimos hacer nada”, revela.
Una situación que considera “frustrante” ya que “antes de ese momento la moto era casi perfecta. Buen frenado, excelente tracción, excelentes curvas, motor suave, muy buen equilibrio… Probablemente no fuese la mejor en algunas áreas, pero en general era fantástica”, valora.
La otra cara de la moneda es Ducati. Stoner ganó el mundial 2007 con ella, pero queda claro que, tras escucharle, aquella moto no era buena ni por asomo. Valora a la GP7 como “extremadamente difícil”, diciendo incluso que ha sido “la moto más difícil que he pilotado en mi carrera. Todo el mundo piensa que gracias a que pude ser competitivo la moto funcionó bien, pero había muchas otras Ducati en pista y no iban a ninguna parte”.
Stoner valora que la Ducati Desmosedici GP7 llegó a darle “miedo en algunos momentos”, justificando que, “cuando creías haberla entendido, estabas equivocado. Hubo muchas cosas complicadas”. La lista es larga, y empieza criticando “el acelerador ‘ride-by-wire’ no daba ninguna sensación, en la primera parte de la rotación no se sentía ninguna conexión con el motor y eso provocaba a menudo un bombeo; el tirón de la cadena era un desastre; el motor no tenía aceleración”, narra.
Leer también: Las dos Ducati más icónicas buscan hogar: historia de MotoGP a precio de apartamento en la playa
Puntualiza que “sí, teníamos potencia en altos, pero nada en los bajos” y que “la moto no giraba”. No todo era malo, sino, no se explicaría el mundial que ganó aquel año: “Lo bueno que tenía era su estabilidad en la frenada y su velocidad en cuarta, quinta y sexta marcha. Tuve que ir realmente al límite con esa moto en muchas pistas para poder ser competitivo”, sentencia el ya retirado piloto de motociclismo. Una moto que, por cierto, sale a subasta este mismo mes de abril.