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Sabemos por las películas y series que hay protagonistas y antagonistas; buenos y malos; voluntarios e involuntarios. Trasladado a MotoGP, hoy Luca Marini ha sido uno de los antagonistas involuntarios del Gran Premio de Portugal. El recién llegado al box del Repsol Honda Team ya sabe lo que es sufrir de lo lindo: ha terminado la carrera último, incluso por detrás del piloto satélite del LCR, Takaaki Nakagami.
El hermano de Valentino Rossi ha adaptado el discurso habitual que todos los pilotos han ido tomando cuando se han subido a la ineficiente Honda RC213V. Y ese discurso es el de “sigo trabajando para entender las cosas”, o los “creo que hemos encontrado algo”, así como los “entender cómo funciona, qué hacer” y hasta las famosas “vueltas para dar información a los ingenieros”.
Todas esas son declaraciones de Luca Marini al terminar la carrera al sprint de Portugal, pero que bien podrían haber sido las de otros tantos pilotos que han pasado por el manillar de la Honda y que han terminado hastiados. Luca solo lleva cuatro carreras, y en ninguna de ellas ha sido capaz de sumar un solo punto. Exactamente igual que Nakagami, y poco peor que Mir, que tiene tres puntos en su casillero, o Zarco, con cuatro.
El piloto italiano ha mencionado que sigue “trabajando para entender esta moto” y cree haber “encontrado algo bueno para mejorar la salida en curvas”. Pone el énfasis en que “perdemos demasiado en la entrada en curva y en la propia curva”, e incita a “analizar todos los datos cuidadosamente para entender qué hacer con esta configuración”.
La mentalidad de Marini ha tenido que dar un giro de 180º. De luchar por podios a ni siquiera vivir las carreras con mentalidad de ataque: “Ahora mismo no podemos luchar por los puntos en el sprint, así que tenemos que aprovechar para comprender mejor el comportamiento de la moto después de varias vueltas”. Justifica que “no significa que vaya lento aposta en la carrera, presiono mucho, al 100%, porque al menos quiero vencer a mis compañeros”, pero ni con esas.
Las mejoras no parecen llegar a la moto, y menciona que “el potencial sigue siendo más o menos el mismo, pero el sprint fue positivo en el sentido de que tenemos que aprovechar al máximo cada vuelta en pista para recopilar datos y permitir a los ingenieros desarrollar la moto, volver a la parte alta y luchar por mejores posiciones”.
Se le hace incluso “difícil” hacer una “evaluación” sobre las primeras carreras con la marca tokiota. “Al menos en el sprint probé una configuración diferente y algunas cosas mejoran. Necesitamos encontrar lo mejor de nuestra configuración. Creo que en la carrera larga lo haremos mejor. El problema es que con este formato no podemos trabajar mucho”, lamenta.
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Sobre si podrá a volver a ser rápido con la moto, explica que “las diferencias se reducirán cuando empiece a sentirme bien con la moto y pueda pilotar bien”.