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Yamaha ha puesto toda la carne en el asador para sacar adelante su proyecto en MotoGP. 2021 queda ya muy atrás, cuando Fabio Quartararo les dio a los de Iwata el mundial. Sin embargo, las cosas han cambiado mucho desde entonces, y el dominio de las fábricas europeas ha sido tan abrumador e imparable que los japoneses se han quedado marginados.
Mientras Honda tiene su propio plan, Yamaha también urde su propia estrategia a la europea. Un plan que consta de tres fases, y cada una de ellas se identifica con tres personas, tres fichajes que pretenden devolver a la fábrica japonesa su esperanza por volver a lo más alto en MotoGP.
Yamaha empezó su reestructuración con el fichaje del ex diseñador de motores de Fórmula 1, Luca Marmorini. Esto sucedió en 2022, la primera fase del plan, revela ahora Lin Jarvis, director general de Yamaha Racing a Crash. Contratar a Marmorini y su empresa Marmotors para desarrollar “nuevos conocimientos y contratar mano de obra adicional” es la primera fase de un “plan” que consiste en “mirar fuera de Japón”.
La segunda fase de este plan europeo se hizo realidad en el verano de 2023, hace menos de un año. Entonces los japoneses ficharon a Dallara, un “especialista en aerodinámica automotriz bastante famoso. Y comenzaron a ayudarnos con la aerodinámica porque, sinceramente, estamos bastante atrasados en esa materia”, reconoce Jarvis.
Después de Dallara llegaron dos ex técnicos de Ducati, Max Bartolini y Marco Nicotra, este último nombrado como "jefe de nuestro nuevo departamento de aerodinámica con sede en Italia”. Nicotra se unió a ellos en octubre, sumándose entonces al reciente fichajer de “Max Bartolini, quien se unió a nosotros en enero de este año”.
Yamaha confía en un “proceso que no cambias de la noche a la mañana”, y ante una mentalidad más aperturista, “sabemos que debemos ser menos conservadores”, confiesa el directivo británico. “Necesitamos abrir la mente y sobre todo la eficiencia que trabajamos en un test o un fin de semana de carrera”.
En ese aperturismo, Yamaha ha otorgado a Bartolini un rol sin precedentes. Le han dado un nivel de autoridad técnica sin precedentes dentro de un equipo japonés. Técnicamente, su rol es el de Director Técnico de Operaciones de MotoGP, igual que Kazuhiro Masuda, líder del grupo MotoGP de Yamaha y líder del proyecto M1. “Es bastante inusual”, reconocen en el box, “esto nunca ha sucedido, probablemente, con ningún fabricante japonés”.
“Entonces, al contar con nuevos ingenieros al más alto nivel, podemos mejorar y utilizar lo mejor de ambos mundos. Lo mejor de la agresión italiana y europea con la calidad y precisión de un enfoque japonés”, confiesa el británico.
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Los primeros frutos ya están llegando, pero todavía queda un largo camino por recorrer. El primero en identificarlo ha sido Fabio Quartararo, acostumbrado a las dos eras por las que ha pasado Yamaha. Tanto él como el recién llegado al box, Alex Rins, confirman el talento de los nuevos fichajes, y la coordinación en el trabajo diario. “Por lo que dicen los mecánicos y los ingenieros, parece que está cambiando las cosas y la forma de trabajar”, dejaba caer Rins.