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Jonathan Rea sigue sin dar con la tecla en su nueva Yamaha R1. Los mediocres resultados cosechados por el piloto de Larne durante esta última pretemporada ya hacían presagiar un arranque de año complicado para el seis veces campeón del WorldSBK, un pronóstico que finalmente se ha cumplido en la Race 1 de Phillip Island, carrera en la que Rea no ha sido capaz de entrar en la zona de puntos.
11º en la Superpole, el sábado se le complicó al norirlandés nada más apagarse el semáforo; una mala salida le hizo bajar hasta la 14ª plaza, y aunque después logró recuperar un par de posiciones, Jonathan Rea perdió un valiosísimo tiempo durante el cambio de neumáticos al que se sumaron después los problemas de vibraciones que ya le condicionaron en su último test, lo que se tradujo en una pobre 17ª posición, por detrás incluso de Álvaro Bautista (15º), que se repuso de una caída en la curva 10.
"Ha sido muy difícil desde el principio, he salido mal, pero he adelantado en las curvas 1 y 2", resumió Rea en su charla con la prensa post carrera. "Tenía un ritmo constante, luchando con Aegerter y van der Mark en un momento dado. He decidido entrar en boxes lo antes posible y, desgraciadamente, en boxes hemos tenido un pequeño problema que nos ha costado bastante tiempo".
Ese percance al que hace referencia Rea le costó 22 segundos; hoy, los pilotos del WorldSBK estaban obligados a permanecer un mínimo de 1 minuto y 3 segundos en el pitlane durante su cambio de neumáticos. La mayoría de equipos completaron la parada en boxes por debajo de ese tiempo -incluso Toprak Razgatlioglu fue sancionado por haber salido antes-, mientras que Rea tardó 1 minuto y 25 segundos, mucho más lento que su compañero Andrea Locatelli, que solo cedió 1,1 segundos.
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Tras esta debacle en boxes, a Rea le empezaron a crecer los enanos en pista: "He salido con Álvaro, he podido rodar con él durante unas vueltas y a su ritmo, pero después de cuatro o cinco vueltas, he empezado a cometer errores y me ha costado adelantar a Rabat. Una vez que le he adelantado, he podido encontrar algo más de ritmo".
Según el norirlandés, "el mayor problema que tenemos aquí en Phillip Island es el chatter trasero y la vibración de la moto en los baches", y quizás lo más preocupante de todo es que Yamaha no sabe cómo darle solución: "Me sabe mal por el equipo, soy yo el que está detrás del manillar, pero hemos intentado quitarle agarre a la moto, diferentes geometrías y hemos probado casi todas las opciones, pero aun así, el problema sigue ahí y, mientras esté ahí, no tengo confianza para arriesgar".
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El piloto de 37 años no esconde que la situación "es frustrante" porque ni él ni el equipo "tenemos un respiro" o un buen resultado que les anime: "Desde Portimao todo han sido problemas, pero seguimos aquí. Mañana probaremos algún cambio en la puesta a punto, porque no estoy muy contento con la moto. Me está quitando algo de confianza. Ahora que WorldSBK es tan competitivo, sabemos que necesitamos que la moto funcione, pero también necesitamos confianza para ir al máximo", sentencia Rea.
