 Por John Fernández @johnnyfumi |
En el panorama de las motos eléctricas no había tantos nombres que destacasen tanto como lo hacía CAKE. Era una de las pocas empresas pioneras a las que se le auguraba un gran futuro. Por eso contamos con sorpresa que ahora, la empresa sueca se ha declarado en bancarrota. Lo ha confirmado su propio presidente y varios medios nacionales, que dicen que la marca de motos eléctrica ha presentado una petición de quiebra.
Nacida en 2016, a CAKE se le presuponía un futuro bastante prometedor. Su presente (hasta ahora) ya lo era, con un capital muy decente, inversiones millonarias y operaciones que la han llevado a vender sus minimalistas motos por todo el globo terráqueo. De hecho, su expansión ha sido bastante notable, abriendo tiendas en todo el globo terráqueo: Tokio, Nueva York, París…
Su fundador, Stefan Ytterborn, dice que ahora la cosa no va bien, y que “numerosas circunstancias han llevado a la empresa a esta situación”. Una situación de bancarrota que le lleva incluso a cuestionar la cuestión climática, justificando que “ya no está en el centro de atención” en comparación con la “crisis de todo el sistema”.
Entre los pormenores que han llevado a esta prometedora marca a estar al borde del cierre (todavía no han anunciado qué pasará concretamente), el fundamental motivo es un repentino cambio de opinión de uno de los inversores principales de la marca, que ha dejado a la empresa totalmente expuesta a nivel financiero, empeorando aún más situación.
Pero, ¿por qué se echó atrás este inversor? Hay un episodio que ha encrudecido la situación de la empresa. En concreto, nos referimos al mal funcionamiento de algunas baterías en ciertos modelos de la marca y que se vendieron entre 2018 y 2023. Una investigación por parte de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos determinó que era un riesgo y que tenían que retirarlas del mercado de cualquiera de las maneras.
Eso le costó caro a CAKE, tanto a nivel económico como de reputación. Al parecer, el cúmulo de motivos hizo que el principal inversor retirase su apuesta, y ahora la empresa está totalmente expuesta. De hecho, este motivo lo esgrimen algunos medios, llegando a mencionar que CAKE debe el salario a aproximadamente 140 empleados a raíz de estos problemas.
En consecuencia, se han tenido que declarar en quiebra el pasado 1 de febrero de 2024. Parece que el futuro eléctrico en el mundo de las dos ruedas no es tan sencillo como podríamos imaginar cuando una de las marcas con mayor peso en la industria ha tenido que encontrarse en esta tesitura.
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Ahora la gran duda es qué pasará con la marca. Por el momento no han anunciado si cesarán sus operaciones y bajarán la persiana, desmantelando todo el ecosistema que tienen montado, o si, por el contrario, lucharán por salir de la terrible situación económica en la que se han visto enfrascados.
