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La sanción por dopaje de Andrea Iannone ha sido uno de los temas más polémicos del mundo del motociclismo en los últimos años. El piloto italiano fue suspendido por cuatro años por la Corte Arbitral del Deporte (CAS) tras dar positivo por drostanolona, un esteroide anabolizante, en el Gran Premio de Malasia de 2019.
Iannone siempre ha defendido su inocencia y ha alegado que la sustancia prohibida entró en su organismo por el consumo de carne contaminada en Malasia. Sin embargo, el CAS no aceptó su versión y le impuso la máxima sanción posible, lo que supuso el fin de su carrera deportiva en MotoGP.
Ahora, cuatro años después de aquella sanción, Andrea Iannone ha recuperado su libertad. Tal y como él mismo ha celebrado en sus redes sociales, la sanción que pesaba sobre el piloto de 34 años caducó este pasado 16 de diciembre de manera oficial, quedando libre de toda culpa y con ganas de demostrar que no ha perdido un ápice de su velocidad después de 1.460 días en el dique seco.
"Después de 4 largos y difíciles años, a partir de hoy vuelvo a ser libre. Buena suerte para mí", escribía en sus redes sociales el ahora piloto del Team Go Eleven, estructura que ha confiado en el talento del que fuera piloto del Ducati Team en MotoGP para su proyecto en el WorldSBK.
A pesar de que la condena que pesaba sobre Iannone finalizó este pasado sábado, la FIM permite que un piloto castigado por dopaje pueda participar en entrenos oficiales y privados hasta dos meses antes de la fecha de expiración de su sanción. De ahí la presencia del piloto italiano en el primer test de pretemporada del Mundial de Superbikes celebrado a comienzos del mes de noviembre en el Circuito de Jerez Ángel Nieto, dos jornadas de entrenos privados que el dorsal #29 no quiso perderse.
Iannone dejó un buen sabor de boca sobre la Panigale V4R del Team GoEleven; aunque ya había rodado previamente con una V4S de serie, era la primera vez que el de Vasto probaba la superbike boloñesa en su configuración WorldSBK, y sus resultados fueron muy prometedores para ser su estreno sobre la moto, además con unos Pirelli que tampoco conocía.
Andrea finalizó dentro del top 5 de la combinada de tiempos, asegurándose un competitivo 1'39.335 con el neumático SCQ de Pirelli, el más blando y exclusivo para tandas de clasificación. El italiano aseguró "haber disfrutado mucho" de este test, sobre todo porque su feeling con la Panigale "fue mejorando tanda a tanda".
Iannone afirmó sentirse "un poco sorprendido por el resultado, también por las sensaciones con el neumático y todo lo demás", aunque mantiene los pies en el suelo consciente de la rivalidad que existe en este paddock: "Tenemos mucho trabajo por delante, pero partimos de un punto realmente bueno. Es bueno".
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Pese a haber recalado en un equipo satélite, el italiano insiste en llegar al WorldSBK "con grandes ambiciones" y con la intención de competir "a un alto nivel"; "quiero conseguir buenos resultados y llegar a lo más alto. En cualquier caso, sé que es muy difícil porque el nivel es muy alto. Todo el mundo está cerca, pero creo que, para nosotros y en la primera prueba, era difícil conseguir más. La moto me ha impresionado en el lado positivo, y también los neumáticos. Sientes dónde está el límite de las gomas y de la moto, es un buen punto", valoró un Iannone que ya puede presumir de haber cumplido con su larga y agónica condena.
