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Cal Crutchlow aprovechó su participación en el último Gran Premio de Japón en calidad de wildcard para rodar con una YZR-M1 experimental dotada de un chasis nuevo, una aerodinámica mucho más agresiva inspirada en los alerones de Ducati y un llamativo sistema de escape formado por dos largas colas de titanio situadas en un lateral de la moto.
El de Coventry estuvo trabajando en varias soluciones con vistas a 2024, y aunque sus resultados en carrera no fueron nada del otro mundo -18º en la Superpole Race y 13º en la cita principal del domingo-, Crutchlow se marchó de Motegi satisfecho por todo el material que probaron, convencido de que Yamaha se está equivocando en el desarrollo de la YZR-M1 al prestar tanta atención a la aerodinámica de la moto.
Según manifestó el probador de Yamaha el domingo por la tarde, "los resultados aquí no importan, tenemos los datos, que es lo importante", reconociendo que "es difícil pilotar la moto con tanta carga aerodinámica" en carrera porque hace de la M1 una moto "muy pesada" y complicada de mover entre curvas. "Probablemente tengo mejor aceleración ahora, pero en todo lo demás pierdes", resumió Crutchlow.
Su experiencia en Japón le ha servido para confirmar que la fábrica de Iwata "no necesita más potencia, necesita un motor más suave", y trató de poner en contexto sus palabras: "Supongamos que todas las motos tienen 300 caballos de potencia. A la salida de cualquier curva no usas 300 caballos, usas 200 caballos. Si quieres más potencia, puedes subirla. Entonces, si subes la potencia, no sales de la curva igual de bien".
Crutchlow está convencido de que la Yamaha es una de las motos que más par motor entregan en la primera fase de la apertura de gas, y eso se traduce en mayor derrapaje al acelerar y, por lo tanto, en tiempo perdido: "Sé lo que hacen los demás fabricantes, cuánto par utilizan a la salida de la curva. Nosotros estamos usando mucho más y el motor no es suave. Así que tenemos que ir en esta dirección. Cuando vayamos en esa dirección, como en la moto de 2019, veremos la aceleración de la moto. Porque al final de la recta será más rápida porque sale de la curva mucho más rápido. Ahora sólo derrapamos".
Para el piloto de 37 años, la situación que están atravesando Fabio Quartararo y Franco Morbidelli con la moto de 2023 no es una sorpresa: "Ya probé este motor el año pasado y dije que el motor crearía un problema... y ahora tenemos el problema. Vale, podrías arreglarlo con la electrónica, pero entonces cuando derrapas más, entra el control de tracción, así que acabas siendo más lento".
Cal insiste en que Yamaha debe trabajar en un cambio profundo dentro del motor de la M1 para que suavice su entrega de potencia sin recurrir a la electrónica: "Tiene que venir del carácter del motor. Creo que de momento tenemos suficiente potencia. Podemos tener algo más, seguro. Pero creo que tenemos suficiente. El problema es que no salimos bien de las curvas".
En Japón, Cal Crutchlow también reveló el interés por parte de Yamaha para seguir contando con sus servicios como probador durante tres temporadas más. El británico firmó con los japoneses en 2021, y ahora que su contrato estás a punto de expirar, en Iwata quieren que siga contribuyendo al desarrollo de la moto.
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Pero Cal no lo tiene tan claro: "Quieren que firme un nuevo contrato de tres años. Tuve nueve semanas libres después de Sepang. Luego hice tres test en dos semanas, y después tuve 14 semanas libres. Luego hice tres test en dos semanas otra vez. Tenemos que asegurarnos de que somos más constantes en la moto, también para los ingenieros. Así es como se progresa. Así que espero que vengan con un plan mejor y tomaré una decisión", sentenció Crutchlow, convencido de que Yamaha debe mejorar la organización de sus test para avanzar en una dirección sólida.