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Las marcas japonesas han defraudo en el test de Misano, una fecha que muchos consideraban clave para entender qué rumbo tomarán Honda y Yamaha en 2024. Los de Iwata pusieron en pista una primera versión de la M1 del próximo año, dotada de un propulsor puesto a punto por Luca Marmorini, un ingeniero especialista en motores llegado del paddock de la Fórmula 1 para liderar el equipo de desarrollo de motores de Yamaha.
Marmorini desembarcó en la fábrica japonesa a mediados de 2022, y aunque su influencia ya se notó en el motor de este año, el de 2024 será el primer propulsor nacido íntegramente bajo sus órdenes, un corazón mecánico que sigue fiel a su configuración cuatro en línea y que, de acuerdo a los comentarios ofrecidos por Fabio Quartararo, no mejora el potencial del motor que están empleando este año.
"Esperaba que este test fuera mucho mejor", reconoció Fabio tras cerrar en Misano la persiana de su box. "Pero tenemos que ser positivos e intentar analizar lo que ha pasado para mejorar de cara al test de Valencia. No he probado ningún chasis, sólo el motor y la aerodinámica. Una de las cosas positivas ha sido la 'cuchara' en el basculante. Creo que lo tendremos para la próxima carrera. Por lo demás, supongo que quitaremos algunas cosas e intentaremos traer otras nuevas para el test de Valencia."
Sobre el motor, Quartararo se mostró muy prudente antes de lanzar su valoración personal; el galo admite que "necesita probarlo más" para entender si, en efecto, es más potente y rápido que el actual, aunque una vez más vuelve a destacar que "esperaba más de este test", especialmente en el área del propulsor.
"La sensación es diferente, pero esperaba más potencia", revela el dorsal #20. "Es un poco difícil decir algo realmente positivo sobre el motor. Cal (Crutchlow) yo lo había probado anteriormente y nuestros comentarios son muy similares, aunque aquí teníamos mucho más grip que cuando Crutchlow lo probó".
Hace ahora un año, en el mismo test de Misano de 2022, Quartararo se marchó mucho más contento y entusiasmado tras probar entonces el primer avance de la moto de 2023. Ahora, sin embargo, la sensación no es la misma: "La verdad es que no. Cuando probé la moto 2023 por primera vez en 2022, pensé por primera vez que el motor era un poco mejor. Hoy no lo he sentido".
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Pese al clima de decepción que se puede sentir dentro de su garaje, Quartararo no piensa tirar la toalla; el francés mantendrá su compromiso con los de Iwata, como mínimo, hasta finales de 2024, fecha en la que expira su contrato actual: "Yamaha creyó en mí en Moto2. Mi actitud a principios de año fue un poco más arrogante de lo que debería haber sido. Por supuesto que estamos en un momento difícil, pero tengo que ser educado. Al fin y al cabo, ambos queremos lo mismo. Por supuesto que es difícil, pero prefiero mantener la calma e intentar encontrar una solución mejor con todos", concluye el francés, consciente de que le espera un final de temporada muy complicado sobre una de las motos menos competitivas de la parrilla junto con la Honda.