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El final del siglo XX estuvo marcado por el asalto de las marcas japonesas a las motos bicilíndricas de alta cilindrada. Honda sentó las bases de una firme competencia con la VTR 1000 F Firestorm, que mantuvo en su catálogo desde el 1997 hasta el 2005.
Su encanto era palpable; una moto para todos y para todo que equipaba un motor de dos cilindros en V a 90º, con el particular detalle de que los dos cilindros eran idénticos y cada uno de ellos estaba girado a 180º respecto al otro. Una táctica que pudieron calcar con culatas y el resto de elementos, con un fin: ahorrar costes.
Refrigeración líquida, culatas de tipo DOHC, cuatro válvulas por cilindro, dos carburadores de 48 mm (los más grandes montados hasta el momento en una Honda de serie)… Una máquina deportiva que rendía 110 CV a 9.000 rpm y un par máximo de 98 Nm a 7.000 vueltas. Por otro lado, la parte ciclo era bastante sencilla, aunque suficiente para pasárselo muy bien por carreteras ratoneras exprimiendo el bicilíndrico.
Si bien en España no fue un éxito comercial, sí sentó las bases de una moto icónica a lo largo y ancho del globo. Recordemos que aquí se vendía por 1.700.000 pesetas, unos 10.200 euros al cambio aproximadamente. Quizá ese fue el problema.
Sea como fuere, reimaginar una de estas motos en 2023 parece tener mucho sentido. Una deportiva juguetona, cómoda y con potencia más que suficiente para pasárselo muy bien. Una moto que empezó a producirse en el 1997 y acabó en el 2005 tendría que sufrir un consecuente rediseño, una tarea que se nos hace difícil de imaginar.
Para solventar las dudas está Kardesign, el diseñador que a golpe de tableta electrónica vuelve a imaginar cómo serían muchos modelos antiguos en los tiempos actuales. Su última víctima ha sido la mítica Honda Firestorm (o SuperHawk, como se la conocía en Estados Unidos).
El diseñador le ha echado imaginación y ha ilustrado cómo se vería la moto en pleno 2023. Manteniendo esa esencia deportiva pero touring al mismo tiempo, Kardesign ha retocado las líneas para hacerlas más afiladas, pero manteniendo el estilo alargado y de carenado alto de esta moto.
El motor ha sido creado para aquellos que todavía sueñan con un bicilíndrico de 1.000 cc, al que se acopla un escape moderno y acortado que nace del lateral, junto con un diseño que remata un basculante monobrazo muy deportivo y una quilla inferior serigrafiada con la palabra ‘Honda’, junto con los logos actualizados en toda la moto.
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Dejar la imaginación volar está bien, pero que Honda tomase buena nota de los casi 100 comentarios y más de 1.000 me gusta que ha conseguido Kardesign sería una buena noticia para poner en marcha la producción de una moto tan mítica.