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Jorge Lorenzo siempre ha sido un piloto con mucho olfato para los negocios, tanto ahora que se encuentra disfrutando de un retiro dorado como antes, cuando estaba en activo compitiendo en el Mundial de MotoGP. La inquietud financiera del cinco veces campeón del mundo le llevó a probar suerte en todo tipo de ámbitos empresariales, empezando por el sector inmobiliario a través de la empresa FMT Land 99, fundada en el año 2008 y destinada al alquiler de inmuebles en las Islas Baleares, su tierra natal, y siguiendo con otros sectores como el de la moda y los complementos gracias a la marca Skull Rider Inc, de la que es accionista al 50%.
Pero sin duda, uno de los negocios más populares impulsados por Jorge Lorenzo llegó en el año 2013 a través de Hawkers, una marca de gafas que fundó junto a Álex Moreno y que, rápidamente y gracias a un modelo de negocio basado en la venta directa en redes sociales, llegó a facturar la friolera de 12 millones de euros en su primer año de vida tras una inversión inicial que no superó los 15.000 euros.
El expiloto de Yamaha, Ducati y Honda ha sido invitado por el propio Álex Moreno a la última entrega de su podcast, una larga charla de dos horas de duración en la que Jorge toca casi todos los palos de su vida, entre ellos su relación con Hawkers. El #99 recuerda cómo nació la idea de crear una marca de gafas baratas para venderlas después por tres o cuatro veces su valor de compra original, un negocio que Moreno ya había intentado previamente con Knockaround sin demasiado éxito.
"Sé que fue en mi motorhome", recuerda Lorenzo en su charla con el otro fundador de Hawkers, Alex Moreno. "Yo te dije, '¿cuánto te cuestan las gafas de Knockaround para traerlas a España y luego revenderlas?', y tú me dijiste unos 10 ó 12 euros. Y digo, vamos a hacer nosotros una marca y convencemos a los chinos para que nos vendan las gafas a 3 ó 4 euros. Vamos al 50%, ponemos el dinero para crear la empresa y yo me pongo la pegatina de Hawkers en el casco y llevo las gafas".
De esa conversación nació uno de los mayores casos de éxito empresarial que se han visto en España en la última década. Jorge recuerda los números que iba registrando la empresa en sus primeras horas de vida, con una facturación de 14.000 euros en el día del estreno, 18.000 euros el segundo día y así hasta completar el primer año con 12 millones de euros facturados.
"Yo flipaba", reconoce Jorge en referencia a esas cifras. "Cuando te van las cosas tan bien te crees que eres un genio y que todo lo que vas a hacer en el futuro te va a salir bien, pero no es así. A veces cuadra todo, Facebook era mucho más barato, éramos los primeros, nunca se habían visto unas gafas así por 20 euros en Europa. Si lo hacemos dos años después, perdemos dinero", asegura el expiloto de MotoGP.
En 2014, con Hawkers despegando y registrando récords de ventas mes tras mes, Lorenzo reconoce que llegó un momento en el que le prestó más atención a sus negocios que a su carrera deportiva, y no tardó en darse cuenta: "Hubo una temporada en la que me descuidé físicamente, en 2014. En 2013 casi gano el mundial por tres puntos con Márquez, porque me rompí la clavícula en Assen, tuve varias lesiones, se me empañó el casco en una carrera... no lo gané por mala suerte. Decidí prescindir de mi entrenador, y como faltaban cuatro o cinco meses para empezar la temporada 2014, me lo tomé con calma".
Durante aquella pretemporada entre 2013 y 2014, Jorge aprovechó sus vacaciones en MotoGP para dedicarle tiempo a Hawkers, descuidando su preparación para la temporada que estaba por arrancar: "Estábamos cada dos por tres hablando, qué íbamos a hacer con Hawkers, videollamadas y tal, viajes... y empiezo a entrenar cuando faltaba un mes para el mundial. Había engordado cinco kilos, no estaba en forma. Cojo otro entrenador, pero no me funcionaba. Las cuatro primeras carreras fueron un desastre, recuerdo que en Austin salí tres segundos antes que todos, pensé que el semáforo ya se había apagado, y ni se había encendido".
A partir de ahí, Jorge se dio cuenta de que debía elegir entre los negocios o su trayectoria deportiva como piloto: "Estuve fuera del podio tres o cuatro carreras, fue en ese momento cuando perdí un poco la prioridad de mi vida, me enfoqué demasiado en Hawkers que en lo que de verdad era grande para mí, porque igual Hawkers me iba a dar X, pero las motos me daban 15 veces más, y era mi profesión. Ahí aprendí que en la vida hay que centrarse en lo importante, pero claro, era una tentación, porque molaba mucho tener una marca de gafas que triunfaba tanto".
De hecho, aquel 2014 tan irregular -Lorenzo acabó 3º a final de año con 99 puntos menos que Marc Márquez- jugó en contra del balear en términos económicos: "Recuerdo que el siguiente contrato de Yamaha me lo bajaron. Si no me hubiese despistado y hubiese seguido con el entrenador, hubiese seguido en forma y haciendo buenas carreras, pues igual me lo aumentaban. Eran varios millones de euros", lamenta ahora.
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Tras aquel episodio, el pentacampeón del mundo decidió vender su participación en Hawkers al resto de socios, logrando un beneficio de 1,7 millones de euros; obviamente, de haber seguido con su parte dentro de la empresa, Lorenzo habría ganado varias decenas de millones más, pero no se arrepiente de la decisión que tomó entonces: "Mucha gente me decía 'Joder, te tendrías que haber quedado, y ahora tendrías 'X', mucho más de lo que has sacado. Yo decía, sí, pero de la nada, de 1.500 euros, en un año 1.7 (millones), que podía no haber pasado y no tener nada. O lo podíais haber quemado a posta, haber hecho otra marca luego. Yo estaba centrado en lo mío y tampoco le quise dar muchas vueltas. A toro pasado todo el mundo es inteligente, pero yo es lo que quise hacer, lo que decidí hacer. Decidimos venderla con mi experiencia, mi edad y ese día, es lo que sentía que debía hacer", concluye Lorenzo.