Quartararo: "En las reuniones con Yamaha muchas veces hay silencio, nadie habla"

Por John Fernández @johnnyfumi

Fabio Quartararo se va desgastando año tras año. El piloto francés mantiene un alto nivel de rendimiento, pero la moto no es capaz de darle lo que necesita en comparación con la superioridad que mostró la Yamaha M1 en el 2021, año en el que consiguió ser campeón del mundo. El año pasado ya explotó contra la fábrica de Iwata, y los resultados de este año no mejoran esa situación.

El francés está atascado con el desarrollo de la moto. La última carrera en Jerez terminó en el top 10, en Argentina 7º, en Portugal 8º y el único podio que se llevó fue en Texas. No está contento, y lo ha demostrado una vez más, esta última en una entrevista a la Gazzeta. Preguntado por si la Yamaha es la moto que más dificultades tiene en la parrilla, Quartararo no titubeó un segundo: “Para mí sí”.

Rememorando su paso por MotoGP cree que “el primer año de MotoGP fue el mejor. Cada vez que me subía a la moto sabía que yo era el límite. En los años siguientes nunca he visto grandes mejoras. Incluso en 2021 cuando gané el mundial no me divertí tanto como en 2019”.

Lo que no le falta no es motivación, dice: “más motivación no, la mía siempre es muy alta”, sino que revela una “frustración cuando ves que hace cuatro años rodaba en 1:36.3 y este año hago 1:37.5. ¿Cómo no estar frustrado?”.

El ambiente interno tampoco es el mejor, revela Quartararo, que argumenta que “en las reuniones de Yamaha muchas veces hay silencio, nadie habla. Aún hoy nadie sabe por qué sufrimos tanto, por qué la moto es tan agresiva y yo no tengo ese ‘feeling’ con ella. Eso es lo que me cabrea, ver a los demás hacer estos tiempos, y nosotros ni nos acercamos”.

Aunque menciona que “el motor ha mejorado, incluso si la brecha es sustancialmente la misma, solíamos luchar para mantenernos al frente, últimamente no”. Dice que sí, que a la M1 “le falta potencia, y eso requiere que explotemos la aerodinámica, pero perdimos en otras áreas como la estabilidad en curva”, aqueja el francés.

En definitiva, cree que en Yamaha “hemos añadido problemas en vez de solucionarlos. En 2019 los alerones eran más o menos iguales, pero la moto era más estable. Mira la Ducati de hace cuatro años, hoy no la reconoces”.

Con esta perspectiva negativa, ¿cuál es el futuro de Quartararo, quizá fuera de Yamaha? Puede ser: “Ahora solo quiero pensar en este año, pero llegará el momento. Dependerá de la moto de 2024. Si es como la de este año, definitivamente tendré que pensar en algo diferente”.

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También abordó el posible traspaso de Toprak Razgatlioglu a MotoGP, pero le recomienda que no lo haga con el actual estado de la moto: “No creo que llegue. Es un piloto que quiere ganar, y para mí sabe que, si viene aquí, no podrá ganar. Así que creo que prefiere pelear en Superbikes”.