 Redacción @todocircuitoweb |
Marc Márquez sigue con su gira mediática antes de arrancar la pretemporada en Malasia. La última parada del piloto catalán ha sido en Cuatro, concretamente en el programa 'Viajando con Chester', donde el ocho veces campeón del mundo de motociclismo ofreció una extensa entrevista en la que habló de asuntos ya conocidos por su legión de fans, desde su delicado estado de ánimo previo a la última operación hasta, una vez más, su relación con Valentino Rossi, un tema siempre recurrente cada vez que el #93 se expone a los medios generalistas.
Si algo ha caracterizado a Marc Márquez a lo largo de toda su carrera deportiva es, además de su talento, su sonrisa perpetua. El catalán nunca ha perdido ese talante positivo ni el buen ánimo, incluso cuando atravesó su peor etapa personal tras la lesión que sufrió en el húmero derecho durante el verano de 2020.
La sonrisa sigue ahí, especialmente cuando gana, aunque ahora afloran otros sentimientos que hasta hace poco le eran desconocidos al piloto de Honda: "Sonreía, pero era un efecto raro. Ganaba carreras, porque gané alguna, y me salía llorar cuando ganaba. No me salía sonreír. Era raro. Ahora de golpe me cambian algo en el cuerpo, no tengo dolor, y ganar es fiesta para mí", se sincera Marc.
2022 fue, posiblemente, el año más duro a nivel mental para Marc. Poco antes de operarse en EEUU, algunas personas de su entorno le comentaron la posibilidad de dejar las motos definitivamente para dejar atrás tanto sufrimiento, y aunque la idea le rondó por la cabeza durante algunos días, finalmente optó por seguir adelante y jugarse su última carta con la que fue su cuarta operación, la definitiva: "Antes de operarme por última vez del brazo, la retirada era una opción grande, con 29 años. Pero ahora estoy bien, no hay dolor. Cuando no hay dolor, te cambia el carácter. Ahora bien", dice al respecto.
El #93 le asegura a Risto Mejide que "para vivir tengo" porque "ha ganado mucho" a lo largo de la última década. Sin embargo, lanza una reflexión ante una hipotética retirada: "¿Qué hago en la vida? ¿Vivir? Aburre. Te aburres. No tengo pasión por irme a una playa o viajar por el mundo, eso no me dice nada. De momento no. Ahora mi pasión son las motos (...). Estoy enganchado a la adrenalina, me provoca ir al límite, tener esa presión, la responsabilidad. Engancha la felicidad del post-ganar, y porque tengo un grupo con el que celebrarlo. Ver felices a los míos".
Dejando a un lado su reguero de lesiones, la entrevista profundiza en su relación con Valentino Rossi, arruinada tras lo ocurrido en Malasia en el año 2015. Marc no oculta que, de pequeño, "tenía dos ídolos, a Pedrosa y a Valentino", pero todo cambió tras el #SepangClash y el ataque público que Márquez sintió desde el box de Valentino, empezando por el propio piloto italiano.
"¿Si alguien le calentó la cabeza? Yo creo que sí", cuenta el de Cervera. "Yo tenía su teléfono y él el mío, y no nos llamamos. Yo tenía 22 años, él me sacaba 10 o más. Él tiene la experiencia. Llega la rueda de prensa de Malasia y me ataca públicamente, eso es una falta de respeto. Yo no tenía que cogerle para hablar, tenía que cogerme él a mí. Me quedé en shock, no sabía reaccionar. Creo que fue una intimidación", revela el español.
Sobre lo ocurrido en Malasia hace ya ocho años, Márquez cree que "fueron unas de las mejores primeras vueltas" de la historia del campeonato, porque ambos "lucharon hasta el final", o mejor dicho, "hasta que él lo decidió" en referencia a Rossi. "Me tiró. No fue accidental, perdió los papeles. Accidental puede ser que tú adelantes fuerte, se te vaya la moto y choques con el otro. Pero no es accidental arrinconar a un piloto a un lado de la pista, mirarle y soltarle la pierna. Esto es deliberado".
Y aunque dicen que el tiempo lo cura todo, no parece que se vaya a producir un acercamiento entre ambos a corto plazo, o al menos eso opina Márquez: "Después de Malasia sí que hablamos, pero después de Argentina no, no hemos vuelto a hablar. ¿Arreglarlo? No hay predisposición, de los dos. Antes había mía, pero ya no. No tengo por qué ser amigo de todo el mundo", dice con rotundidad.
Si algo tienen en común Valentino y Marc es su carácter; ambos son, con diferencia, las dos figuras más destacada del paddock de MotoGP a lo largo de las últimas dos décadas, y así lo han demostrado dentro y fuera de la pista. Hoy en día, sin embargo, el piloto español cree que cada vez hay más deportistas que ocultan su verdadera forma de ser para no ser atacados públicamente, y señala directamente a las redes sociales como la causa número uno.
"A lo mejor es mi punto de vista, pero cada vez hay menos gente mostrando carácter", explica Márquez. "En el mundo, los deportistas, hay menos gente mostrando su carácter, el cómo es, sin importarle lo que pase. La única explicación que le veo son las redes sociales. Hace 20 años decías lo que querías y no sabía qué pensaban, no le llegaba el comentario de las personas, leía el periódico y ya está. Ahora tú dices algo y si realmente te importa, llegará a redes sociales, cientos de comentarios, y ahí ya puedes perder el tiempo que quieras".
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"¿Si 'me la suda' lo que digan de mí?", se pregunta el #93. "Ha habido épocas, ahora sí. Tengo cuenta de Twitter, pero no lo tengo en el móvil. Tengo un community manager, le digo lo que tiene que poner, la foto que yo siempre la decido, y él lo pone. No leo lo que viene luego. Instagram me gusta, pero nunca leo los comentarios, muy pocas veces. Pero Twitter... es una carnicería. Cuando volví a competir me di cuenta de que no me aporta, me distrae, me crea actitudes que no tocan. Vivo mucho mejor", señala al respecto, reconociendo entre risas que "algún 'direct' cae en Instagram" para ligar con chicas.
