 Por John Fernández @johnnyfumi |
Si por algo se conoce a Dani Pedrosa es por su meticulosidad técnica en cada apartado de la moto. En su etapa como piloto, Dani era muy valorado dentro del box del Repsol Honda Team por cómo trabajaba en el desarrollo de las motos, labor que también llevó a KTM a querer ficharle a toda costa cuando se retiró oficialmente y con la que ha dejado una buena impronta en la RC16.
Los equipos siempre desarrollan sus motos a lo largo de la temporada, pero especialmente dedican el período de invierno a trabajar en el silencio del descanso invernal. En 2011 y 2012 compartió boxes y desarrollo con Casey Stoner, consagrándose como una de las duplas más laureadas en resultados de la historia del motociclismo.
Precisamente 2012 fue el año en el que Casey Stoner se retiró de la competición, en su última escenificación con la fábrica japonesa; el año posterior venía de ganar el mundial. Ahora, tal y como cuenta Dani en el cuarto capítulo del programa Cuatro Tiempos producido por DAZN, hay una anécdota que no se pasa por alto y que pone en relieve el importante trabajo de un probador como el del español.
Dani empieza narrando que una de las “virtudes” de su compañero de equipo, Stoner, era “ir tan rápido como fuera la moto”. Recuerda que en 2012 Pedrosa pasaba por una lesión, momento en el que Honda “estaba evolucionando la moto del año que viene, cuando pasábamos de 800 a 1.000”, y los japoneses estaban haciendo “una moto diferente”, pero con el único apoyo (temporal) de Casey, ya que él estaba fuera de combate.
En el momento en el que Dani se “recupera, Stoner había estado desarrollando esa moto. Vamos a Brno a probarla, me subo a la moto y era un segundo más lento que Casey”, revela el de Castellar del Vallés. Aquella moto era el inicio del prototipo que hoy perdura: la RC213V, que elevaba la cilindrada máxima de las MotoGP hasta los 1.000 cc, con el motor V4 y misma configuración, pero con un espacio entre cilindros de 90° y 250 cv de potencia a más de 17.000 rpm.
Así que cuando el dorsal #26 se subió a la máquina por primera vez tuvo “una sensación horrible con la moto, no lo entendía, no llegaba a comprender cómo ese tío iba un segundo más rápido que yo con una moto que además sentía que me iba a caer en cada curva”. Así que la solución pasaba por dar una vuelta de tuerca a la moto.
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“Conseguí hablar con los japoneses y cambiar la moto”, explica Pedrosa. Al final, le trajeron una moto nueva a final de año. Y los resultados fueron fruto de la anécdota: “Cuando la trajeron a final del año, él iba igual de rápido con una que con otra, haciendo los mismos tiempos, y yo iba un segundo más lento con una que con la otra”.
