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 Redacción @todocircuitoweb |
Fabio Quartararo está en su mejor momento de forma desde que llegó a MotoGP. El piloto francés ya demostró en 2021 su capacidad para convertir a la Yamaha M1 en una moto ganadora, y lo hizo coronándose como campeón de la categoría reina con uno de los prototipos menos competitivos de la parrilla.
El hecho de que la siguiente Yamaha en la clasificación general, la de Franco Morbidelli, acabara aquel año en la 17ª posición, ya presagiaba problemas dentro de la fábrica de Iwata, incapaz de igualar el ritmo de desarrollo de sus grandes rivales en MotoGP, especialmente frente a las casas europeas.
El 2022 arrancó en Qatar, un curso en el que Fabio confiaba en encontrarse con una YZR-M1 notablemente mejorada, sobre todo ahora que las restricciones en el desarrollo del motor ya eran cosa del pasado y las fábricas habían gozado de carta blanca para trabajar a fondo en sus propulsores durante el invierno.
Lamentablemente para los intereses de Quartararo, el dorsal #20 se encontró con una moto prácticamente idéntica a la de 2021, y aunque durante la primera parte del 2022 pudo contener el envite de las Ducati, el de Niza ya no pudo hacer nada tras el parón estival, cuando la mayoría de Desmosedici GP22 se habían quitado de encima sus problemas de juventud y la moto de Gigi Dall'Igna volaba en todos los circuitos.
Antes de despedir el año, Quartararo ha hablado con la revista francesa Moto Revue Magazine de este 2022 tan complicado para él en términos deportivos, un curso que arrancó con una gran sensación de desilusión cuando probó la M1 en los test de Sepang: "Debido al COVID, el desarrollo del motor se detuvo durante 18 meses. Esperaba tener algo nuevo para el comienzo del año, pensé que los japoneses habían tenido tiempo para prepararse y mejorar el rendimiento de la moto", argumenta el francés.
Mientras las Yamaha sufrían en la mayoría de pistas -especialmente en las que tenían las rectas más largas-, el ejército de Borgo Panigale fue mejorando notablemente sus resultados a medida que iban dejando atrás algunas asperezas en el desarrollo de la GP22, y eso fue, en opinión de Fabio, una de las claves de la temporada: "La Ducati ha firmado un final de temporada increíble. Nosotros, por el contrario, no hemos dado un solo paso adelante. Lo único que probamos nuevo durante el año fue un basculante".
Para Quartararo, uno de los momentos clave de 2022 se vivió en Mugello, cuando Pecco Bagnaia le ganó la partida en una pista donde la Yamaha estaba en clara desventaja mecánica. El equipo celebró con júbilo aquella segunda posición, un resultado que Fabio contempló desde una perspectiva muy diferente: "En Mugello todos estaban satisfechos porque había terminado segundo. Me dio la impresión de que nadie se daba cuenta del lío en el que estábamos. Mientras los demás seguían progresando, nosotros estábamos parados".
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El piloto de 23 años lamenta cerrar así un 2022 en el que sentía "tener más potencial que antes para luchar por victorias" a nivel personal, pero es evidente que la mecánica no le ha acompañado: "La moto no me lo permitía", dice Quartararo, que a continuación da una clave interesante sobre el sufrimiento que arrastra Yamaha desde casi dos temporadas: "Desde que Maverick Viñales no está en el equipo, la moto ya no es competitiva", sentencia el piloto galo.
