 Redacción @todocircuitoweb |
Álex Márquez fue el mejor piloto Honda al cierre del Gran Premio de Aragón, una carrera que se le complicó al de Cervera antes incluso de apagarse el semáforo de Motorland, durante el warm-up matinal, cuando el #73 sufrió una aparatosa volada al manillar de su RC213V que le obligó a pasar por el Centro Médico del circuito para descartar lesiones.
El menor de los Márquez acabó muy aturdido tras el primer impacto contra el suelo y tuvo que permanecer tumbado sobre la escapatoria de grava durante varios segundos antes de incorporarse. El catalán abandonó la pista por su propio pie, acompañado en todo momento por los comisarios, y antes de volver a su box visitó el Centro Médico para someterse a un par de radiografías en el cuello y la mano izquierda.
Afortunadamente, las pruebas no detectaron lesiones y Álex pudo disputar la carrera cuatro horas después, todavía con mucho dolor, especialmente en la espalda; su rendimiento no fue nada del otro mundo, aunque suficiente para firmar una 12ª posición por delante de Maverick Viñales y convertirse en el mejor piloto Honda del domingo tras los abandonos de Takaaki Nakagami y de su hermano Marc, acabando tres puestos por delante de Pol Espargaró, que fue 15º.
"La carrera no estuvo mal y di el 100% desde el principio", explicó Álex el domingo por la tarde en Alcañiz. "Quiero dar las gracias a mi equipo, ya que hicieron un muy buen trabajo al reparar mi moto después del error que cometí durante el warm-up, tuve un accidente realmente grande. No fue fácil ya que, una hora antes de la carrera, todavía estaba decidiendo si podía correr o no".
El dolor no frenó a un Márquez que hizo lo posible por divertirse y ofrecerle el mejor resultado posible a la afición española: "Desde el principio intenté mejorar nuestra posición y divertirme frente a nuestra afición. No ha sido una mala carrera, pero no estamos donde queremos estar", reconoce el #73, que ya cuenta los días que faltan para bajarse de la Honda y probar suerte con Ducati.
"Un día menos y una carrera menos que no ha sido fácil", volvía a recordar un Márquez que ya tiene ganas de arrancar su nuevo proyecto junto a Ducati. "En el warm up me he llevado un palo gordo de la Honda, un highside a 200 por hora", revelaba el piloto español, que calificaba este accidente como "una de las salidas por orejas más gordas de mi vida".
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El menor de los Márquez sabe que la Honda que tiene ahora mismo no cambiará ya de aquí a Valencia, y aunque responde con un "sí" cuando le preguntan si tiene ganas de subirse la Ducati en los test de Cheste del mes de noviembre, de momento quiere "mantenerse tranquilo" sin perder de vista lo que están haciendo las máquinas de Borgo Panigale este año: "Cuando palmo una calificación y veo cinco, seis o siete Ducati en el top diez pues pienso que no está mal", dice con una ligera sonrisa en la boca el futuro piloto del Gresini Racing.
