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Remy Gardner esperaba mucho más de su debut en MotoGP. El vigente campeón de Moto2 dio el salto a la clase reina a finales del año pasado, un cambio de categoría que protagonizó junto al que fue su compañero de filas en el Red Bull KTM Ajo, Raúl Fernández, convirtiéndose ambos en los nuevos inquilinos del Tech 3 KTM Factory Racing, estructura que este año se ha visto reforzada a nivel interno con la entrada de más ingenieros de Mattighofen y la incorporación de Esteban García, antiguo jefe de mecánicos de Maverick Viñales, en calidad de Director Técnico de la escudería francesa.
Sin embargo, el que a priori parecía ser un gran año para la dupla del Tech 3 se está convirtiendo en todo lo contrario. Remy y Raúl ocupan ahora mismo las dos últimas plazas de la clasificación de pilotos permanentes de MotoGP, por detrás incluso de un Darryn Binder que, viniendo directamente desde Moto3 sobre una Yamaha del año pasado, está por delante de los dos pilotos del equipo satélite de KTM.
Sin duda, los problemas de rendimiento que está teniendo este año la RC16 de KTM influyen directamente en los malos resultados que están teniendo no sólo Brad Binder y Miguel Oliveira, sino también Gardner y Fernández.
A estas alturas de temporada, tras haber superado el ecuador del curso 2022 en Alemania, ni el australiano ni el madrileño saben si podrán continuar en este equipo el próximo año, sobre todo ahora que tanto se habla del más que posible regreso de Pol Espargaró a la familia de KTM, enrolado esta vez en Tech 3 con una moto 100% oficial.
Para Gardner, que viene de coronarse como campeón de Moto2, el hecho de haber sumado 9 puntos en 10 carreras no es algo de lo que sentirse orgulloso en su primer año en MotoGP. En Alemania, el hijo de Wayne Gardner charló para MotoGP.com sobre el desarrollo del curso actual, una temporada de estreno en la que Remy "no esperaba ganar" por su condición de debutante, aunque "definitivamente esperaba luchar por ser el mejor rookie del año".
El piloto de Sídney confiaba en estar metido dentro de la lucha con Marco Bezzecchi, Fabio Di Giannantonio y Darryn Binder, pero la realidad está siendo muy diferente: "Es evidente que nuestras expectativas eran un poco más altas que los resultados que estamos consiguiendo. Es un poco decepcionante, pero sólo nos queda seguir trabajando y hacer lo que esté en nuestra mano para dar ese paso".
Remy es consciente de su potencial y de lo que puede hacer en MotoGP con una moto competitiva, y la RC16 no lo es a día de hoy. El piloto de 24 años afirma que "en este momento no hay mucho más que pueda hacer" con el paquete que tienen en el garaje, y bromea sobre la situación en la que se encuentra viendo lo que está haciendo otros rookies como Di Giannantonio O Bezzecchi: "No puedo ir y comprar una Ducati para correr con ella. Ahora mismo llevo una KTM".
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Pese a que sólo lleva diez carreras compitiendo en la clase reina, Gardner se ha dado cuenta de que su fábrica no ha sido capaz de evolucionar igual de rápido que el resto de marcas presentes en MotoGP, y eso está afectando tanto a sus resultados como a los del equipo oficial: "Creo que todas las fábricas han dado un paso adelante enorme y no creo que nosotros hayamos sido capaces de hacerlo este año. Intento trabajar lo mejor que puedo con KTM. Me encantaría quedarme en este paddock, pero en este momento, siendo sincero, no sé si podré", concluye Remy, que hace sólo unos días planteó la posibilidad de cambiar al Mundial de Superbikes en 2023 si no tenía opciones para seguir en MotoGP.