 Redacción @todocircuitoweb |
Cada día que pasa, Maverick Viñales está más convencido de que su apuesta por Aprilia es la correcta. El piloto de Roses está a las puertas de arrancar la que será su octava temporada en la categoría reina del Mundial de Motociclismo, la primera vestido con el mono de Aprilia Racing, una fábrica para la que Maverick ya estuvo corriendo las últimas carreras de 2021 a modo de pretemporada y con la que ahora sueña con ser campeón del mundo.
El dorsal #12 ha asegurado en una charla reciente con Onda Cero que todavía tiene "mucho que dar y por sacar" de su interior, lamentando "no haber podido mostrar mi mejor versión" durante estos últimos años con Yamaha. "Sobre todo necesitaba cambiar un poco de aires, sobre todo cambiar la manera de enfocar un fin de semana de GP, para mí estaba siendo ya una rutina difícil de gestionar, de llegar motivado, sobre todo por esos resultados tan inconstantes", ha explicado en relación a su ruptura con la fábrica de los diapasones.
Maverick sigue sin entender cómo es posible que un día "estuviera al máximo haciendo el récord del circuito durante el qualifying, y al día siguiente estar fuera de las posiciones delanteras. Era un poco extraño para mí y para mi cabeza, era duro de asimilar y de comer. Al final decidí hacer un cambio, lo necesitaba", insiste el catalán.
Lejos de haber perdido el apetito por conseguir su primer título de MotoGP, el piloto español dice tener "mucha más hambre" que antes, sobre todo después de todo lo ocurrido en 2021: "El año pasado me incendió por dentro, me dio energía. Me dio alas para bajar, seguir mejorando y buscar ese objetivo. Mucha gente me dice '¿Has dejado Yamaha y te has ido a Aprilia? Nadie lo entiende', pero yo en mi interior lo entiendo, necesitaba salir de mi zona de confort, ponerme al límite, y es lo que estoy haciendo para sacar lo mejor de mí".
La de 2021 fue una temporada complicada para Maverick en todos los ámbitos, acumulando tal nivel de estrés y de presión que finalmente acabó estallando en Austria con la ya famosa polémica de los acelerones innecesarios en su M1: "Fue un año complicado en muchos ámbitos de mi vida, profesional y personal. Al final llega un punto en el que ya no puedes tragar más, el vaso ya está lleno. A veces es complicado gestionar los nervios. En Austria me fue difícil gestionarlo, porque fue como sol y luna. Salí en la primera carrera como un cohete, la moto funcionaba perfecta, me veía con posibilidades de ganar, y a los cinco minutos todo fue distinto, para mí eso fue un shock muy grande, algo que no iba a aceptar".
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A la pregunta de si en algún momento llegó a pensar que alguien le estaba boicoteando en Yamaha desde dentro, Maverick cree que "es mejor no pensar nada de eso, es mejor pensar que no se sabía más, y ya está. Muchas veces me cuestionaba cosas como por ejemplo, ¿cómo es posible que en Sachsenring llegue el último y luego en Assen haga el récord del circuito? Para mí había cosas inexplicables", argumenta el piloto de 27 años, convencido de que "tendría que haber hecho este cambio mucho antes. Haberme fiado de mí, de mi instinto, no seguir el camino de otros, seguir el mío. Es algo que no hice hace unos años y que lo estoy haciendo ahora, sigo mi camino y sobre todo mi instinto", concluye Maverick Viñales.
