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"Del hotel al circuito y del circuito al hotel". No hay más. Ese es el único itinerario que pueden cumplir los pilotos de MotoGP presentes esta semana en Malasia para participar en los primeros entrenamientos oficiales de la pretemporada 2022, una medida que afecta tanto a los inscritos en el Shakedown celebrado entre el 31 de enero y el 2 de febrero, como al resto de pilotos oficiales de la clase reina que asaltarán la pista malasia a partir del próximo 5 de febrero.
Y es que Malasia, un país que milagrosamente sólo ha sufrido una ola grave de coronavirus que arrancó en junio de 2021 y se suavizó cuatro meses después, se enfrenta ahora mismo a un segundo pico de contagios a causa de la extensión de la variante Omicron por todo el sureste asiático, de ahí que al gobierno malasio anunciara el pasado 28 de enero un endurecimiento de las medidas que deben seguir los turistas o extranjeros que quieran viajar a este destino.
Toda aquella persona vacunada contra el COVID19 que quiera entrar en Malasia debe guardar una cuarentena de siete días en un hotel tras su llegada, presentar una PCR negativa con una fecha no superior a las 48 horas de la salida del país de origen y además someterse a otra PCR nada más aterrizar en Kuala Lumpur. Como medida adicional, todos los turistas que viajen a Malasia desde el pasado 28 de enero están obligados por ley a someterse a una PCR adicional cuatro días después de su llegada al país, o bien un test de antígenos supervisado en un centro oficial al quinto día.
Por fortuna, los pilotos de MotoGP y todo el personal de Dorna que ha viajado al país asiático para participar en los primeros test de pretemporada no ha tenido que cumplir con esa cuarentena de siete días en el hotel. Para ello, la FIM, en estrecha colaboración con el Circuito de Sepang, logró un permiso para que los trabajadores de MotoGP pudieran abandonar el hotel a las pocas hora de su llegada siempre y cuando dieran negativo en la PCR a la que tuvieron que someterse nada más aterrizar y se mantuvieran dentro de la burbuja hotel-circuito-hotel, evitando cualquier tipo de salida innecesaria por motivos de ocio, turismo o placer.
Sin embargo, según informa Motorsport.com, el Circuito de Sepang se ha quejado por escrito a la FIM en relación a un integrante del paddock que habría roto esta burbuja cometiendo así "un delito grave" que compromete al propio circuito ante las autoridades del país malasio.
Ese miembro del paddock parece ser Aleix Espargaró, que tras su llegada a Kuala Lumpur el pasado 30 de enero, le faltó tiempo para deshacer la maleta, ponerse el maillot y salir a montar en bicicleta por los alrededores de su hotel, un entrenamiento que al menos repitió en dos ocasiones más a lo largo de la semana, la última de ellas este mismo jueves con una ruta de 127 kilómetros que él mismo fue relatando a través de varios 'stories'.
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El personal del Circuito de Sepang sólo tuvo que echar un vistazo a las redes sociales del piloto del equipo oficial Aprilia para darse cuenta de que Aleix no estaba cumpliendo con las medidas pactadas para respetar la burbuja anti-COVID, de ahí la queja formal presentada ante la FIM. De acuerdo a la información publicada por Motorsport.com, Aleix ya ha sido advertido y ha argumentado desconocer la prohibición de poder entrenar en bicicleta como hace habitualmente tras su llegada a un circuito, una acción que ya no repetirá más durante su estancia en Malasia.