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El Mundial de Supersport vivirá esta temporada una de sus mayores transformaciones desde su nacimiento en el año 1999, cuando Stéphane Chambon conquistó la primera corona de esta categoría al manillar de una Suzuki GSX-R 600. Por primera vez en su historia, el WorldSSP eliminará los límites de cilindrada y configuración de motor para llevar a cabo una homologación individual de cada modelo, una decisión que permitirá que máquinas tan dispares como la Ducati Panigale V2 (955 cc), la MV Agusta F3 800 o la Triumph Stree Triple RS (765 cc) convivan con modelos ya consolidados en esta parrilla como la Yamaha R6 o la Kawasaki ZX-6R, ambas de 599 cc.
En la lista de pilotos que competirán este año en el Mundial de Supersport publicada recientemente por Dorna se confirma que la R6 de Yamaha, la vigente campeona, sigue siendo la preferida por la mayoría de equipos con un total de 13 motos en pista, casi el 50%; no obstante, la nueva Ducati Panigale V2 irrumpe con fuerza con siete motos, una más que Kawasaki, mientras que MV Agusta y Triumph sólo dispondrán de sus dos motos oficiales a la espera de atraer la atención de más estructuras.
De momento, a la espera de saber cómo se desarrollará este año la categoría intermedia del WorldSBK, en Yamaha han querido dejar patente su enfado por este cambio normativo a todas luces injusto en opinión de su director en Europa, Éric de Seynes.
El francés ha ofrecido una amplia entrevista al medio Paddock-gp.com en la que vaticina "un problema grave" para el Mundial de Supersport si finalmente se consolida este nuevo reglamento que permite la entrada de motos mucho más potentes que su YZF-R6 en su configuración de calle, y aunque son conscientes de que Dorna introducirá limitaciones en la capacidad de giro de los motores y en el peso mínimo para equilibrar la balanza, en Yamaha creen que todo esto sólo servirá para incrementar los costes de la categoría y hacer peligrar la presencia de muchos equipos a corto plazo.
"Me opongo a este cambio de reglamento que quiere introducir Dorna", afirma con rotundidad el presidente de Yamaha Motor Europa. "Su realización no me parece acorde con el objetivo declarado, que es aumentar el número de marcas presentes en este campeonato. Sí, nuestra R6 es una buena moto, pero no es tan superior a las demás. Cuando ves el rendimiento de la Kawasaki o la MV Agusta al final de la temporada, decir que no hay pelea es un poco forzado", argumenta de Seynes, que a continuación pasa a explicar el por qué del éxito de Yamaha en la categoría de Supersport durante todos estos años.
"¿Por qué Yamaha gana en todas partes? Es solo porque construimos esas victorias apoyando el deporte", argumenta. "Tenemos una verdadera política de crecimiento deportivo a través de campeonatos nacionales, la categoría 300 y nuestra copa europea R3, creemos en la categoría apoyando a varios equipos independientes, participamos en campeonatos nacionales, nuestros concesionarios apoyan a los pilotos en los campeonatos de acceso, etc".
Éric de Seynes está convencido de que Dorna está intentando solucionar "un problema que no existe" bajo su punto de vista, y niega que su R6 sea muy superior al resto de máquinas de 600 cc recordando lo que sucede en otros campeones de índole nacional: "Si vas a Estados Unidos ves a la Suzuki 600 ganando: ¿por qué Suzuki no lleva su 600 al Mundial? ¿Por qué Honda no viene con su CBR600? ¡La moto existe y todos están de acuerdo en que funcionaría bien!".
En Yamaha reclaman "un reglamento estable y fiable" que favorezca el crecimiento de esta categoría en lugar de crear, según palabras de Éric de Seynes, "un clima tóxico para justificar que una moto de 955 cc pueda competir con una de 599 cc. Ninguna categoría puede ser deportivamente justa con un 50% de diferencia de cilindrada entre las motos", critican desde Yamaha Europa, recordando además que "lo que ha marcado el equilibrio entre marcas y pilotos siempre ha sido la cilindrada, ha sido reconocida como el criterio más universal para equilibrar el desarrollo de las motos, y este principio corre el riesgo de ser completamente ignorado".
El máximo responsable de Yamaha Europa insiste en que está "en contra de este proyecto de reglamento, no es porque Yamaha quiera ganarlo todo, es simplemente porque no veo ninguna ventaja en términos deportivos para nuestros pilotos más jóvenes, para los equipos y para el deporte como tal", afirmando que el precio de las motos que competirán en Supersport "se disparará un 50% más" por el tipo de preparación que los equipos tendrán que llevar a cabo para adaptarse al nuevo reglamento que entrará en vigor este año.
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¿Y cómo ve Yamaha su futura presencia en el Mundial de Supersport de mantenerse esta nueva normativa? "Estaremos aquí en 2022, pero no veo cómo Yamaha puede avalar en el futuro un campeonato cuya normativa técnica y problemas deportivos le parecerían incomprensibles", avisa de Seynes.