Foto: Motogp.com
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En el año 2003, nadie podía toser a Honda en el Mundial de MotoGP. La marca del ala dorada había ganado todos los títulos mundiales de pilotos desde 1994 a excepción del entorchado que conquistó Kenny Roberts Jr. en el año 2000 junto a Suzuki; aquel hito del piloto norteamericano fue el único que rompió la imparable racha de títulos conseguidos por Mick Doohan (1994-1998), Alex Crivillé (1999) y Valentino Rossi, que le dio a Honda otro título más de 500 en 2001 además de los posteriores de 2002 y 2003 en la nueva era de las cuatro tiempos de MotoGP.
En Yamaha, por el contrario, las cosas no iban nada bien. Desde que Wayne Rainey se coronó campeón por última vez en 1992, la fábrica de Iwata no conseguía levantar cabeza en la categoría reina, y con Carlos Checa como mejor piloto clasificado al término del curso 2003 con una séptima plaza en la general, era evidente que la marca de los diapasones necesitaba dar un giro de 180º a su estrategia en MotoGP si querían vencer a la todopoderosa Honda.
El golpe de efecto llegó en forma de fichaje estelar: a finales de aquel curso 2003, Valentino Rossi anunciaba su fichaje por Yamaha después de darle a HRC otra triple corona de pilotos, fábricas y equipos, un movimiento que nadie se esperaba y que, en opinión de Mick Doohan, se debió en parte a la arrogancia del gigante japonés al no querer reconocer la contribución del #46 al magnífico estado de forma de Honda en el campeonato.
"Honda, en mi opinión, se estaba volviendo muy confiada", comenta Doohan en la cuarta entrega del documental Tales of Valentino editado por Motogp.com. "Conmigo habían ganado mucho durante la década de los 90 y luego también con Valentino, así que en ese momento pensaban que eran la hostia, que no necesitaban hacer nada", explica el de Brisbane.
El pentacampeón del mundo de 500 cc no duda en afirmar que "Honda estaba siendo un poco arrogante" en aquella época. "Estaba un poco demasiado confiada con el producto que tenían en ese momento, no estaban respetando el trabajo que Valentino estaba haciendo para ellos", dice Mick Doohan con rotundidad.
Cuando el australiano supo que Valentino Rossi había tomado la decisión de irse a Yamaha, intentó convencer a Honda para que retuviera todo el equipo técnico del #46, un box que en ese momento estaba liderado por un Jeremy Burguess que finalmente optó por abandonar también la disciplina del Repsol Honda Team para acompañar a su piloto en Yamaha: "Yo también estaba hablando con Honda, con los jefes, les insistí en que debían asegurar a Jeremy Burguess y a todos los miembros de su equipo, porque Rossi se iba a marchar y se los iba a llevar con él".
Valentino Rossi, por su parte, tampoco oculta en este documental que la Honda era la moto de referencia en aquel momento, aunque al igual que Doohan opina que en HRC también pecaron de arrogantes cuando empezaron a negociar su renovación de cara a 2004: "Para todo el mundo la Honda era la mejor moto, y era verdad. Era la mejor. Pero también en Honda pensaban 'podemos ganar con Vale, pero si Vale se va, podemos ganar con Gibernau, con Biaggi, podemos ganar con muchos pilotos'".
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"Honda no me trataba como el número uno", sentencia el de Tavullia. "Era como 'sí, eres un piloto de fábrica, pero tienes que darnos las gracias si ganas'. Pero cuando yo estaba en el circuito, yo no lo veía así, yo pensaba que era el más rápido. En ese momento empecé a pensar que tenía que hacer un cambio", recuerda el nueve veces campeón del mundo.