 Redacción @todocircuitoweb |
El 2021 ya es cosa del pasado para Maverick Viñales. El catalán deja atrás el que ha sido, con toda seguridad, su peor año a nivel deportivo, un curso en el que el piloto de Roses protagonizó uno de los divorcios más sonados de la última década en MotoGP tras desvincularse de Yamaha a mitad de temporada, una decisión que precipitó su fichaje por Aprilia a finales del mes de agosto.
Pese a que la ruptura entre Maverick y la fábrica de Iwata fue de todo menos amistosa, el dorsal #12 de MotoGP afirma no sentir ningún rencor hacia la marca a la que ha ofrecido sus servicios durante los últimos cuatro años y medio, e insiste en que la YZR-M1 sigue siendo una de las mejores motos de la parrilla pese a que él no fue capaz de convertirla en un prototipo ganador.
En su última entrevista con el medio británico The-Race.com, Viñales insiste en que él sólo tiene "buenas palabras para Yamaha, no tengo nada malo que decir", recordando que este año son los campeones del mundo gracias a la regularidad y velocidad de Fabio Quartararo: "En el fondo puedes ver que la moto está a un gran nivel, siempre he dicho que es una moto fantástica. Pero nosotros no sabíamos exactamente por qué no podíamos hacerla funcionar, a veces me sentía imbatible con ella y otras era el último. Me estaba volviendo loco".
Con sólo una victoria y un podio en la primera mitad del curso 2021, Maverick tuvo suficiente en el Gran Premio de Alemania, una carrera en la que acabó clasificado en la última posición y que fue el detonante de su salida anticipada de Yamaha. El de Roses tenía intención de dejar el equipo a finales de 2021 y no cumplir con su segundo año de contrato, pero las cosas se precipitaron en Austria cuando el piloto español forzó sin motivo el motor de su M1 y Yamaha cortó la relación por lo sano.
Pese a sus malos resultados en las últimas carreras, Maverick revela que "la moto estaba a un nivel asombroso, es algo que puedes ver de inmediato". No obstante, el de Roses se cansó de "ese desafío" con Yamaha y optó entonces por buscar "un auténtico desafío" en el Aprilia Racing Team, un equipo en el que se ha sentido tratado de un modo muy diferente desde su llegada.
"Un equipo italiano siempre es muy diferente a uno japonés", cuenta Maverick en su charla con The-Race.com. "Sinceramente siempre mantuve una gran relación con la parte japonesa del equipo, me encanta su comida, su cultura, el país, su forma de ser, son tranquilos y sistemáticos. Y al final tú acabas un poco así. Pero yo necesitaba un poco más de fuego a mi alrededor, algo más de apoyo sobre la moto y fuera de ella. En el fondo quería demostrar muchas cosas, y allí era difícil".
Con Aprilia, Maverick ya ha tenido la oportunidad de pilotar para tres fábricas distintas en MotoGP. Su aventura en la clase reina arrancó en el año 2015, cuando Suzuki confió en él y en Aleix Espargaró para liderar su regreso al Mundial de Motociclismo, un idilio que sólo duró dos temporadas: a finales de 2016, tras lograr su primera y única victoria con los de Hamamatsu y acabar cuarto en la clasificación final, Viñales aceptó la oferta de Yamaha para cubrir la baja de Jorge Lorenzo en el equipo.
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¿Hizo bien en no seguir apostando entonces por un proyecto como el de Suzuki? "No quiero hablar mucho sobre el pasado, porque es evidente que cometí un error", responde Maverick con sinceridad. "Al final creamos un equipo realmente bueno, pero en ese momento la Yamaha era una moto ganadora, y yo elegí ese camino. Si hice bien o mal, no lo sé, porque al final cada uno toma sus propias decisiones", sentencia el piloto de 26 años.
