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Jack Miller participó en la última cita del Campeonato Australiano de Velocidad (ASBK) con una Ducati Panigale V4 R, y no hizo tan malos resultados teniendo en cuenta que partía con una importante desventaja respecto a sus rivales. El piloto del Ducati Lenovo Team participó por primera vez en el campeonato de su país en un trazado en el que nunca jamás había pilotado, en el Bend Motorsport Park, pero ese no sería su único problema o desventaja.
El australiano corrió en desventaja sobre sus rivales ya que la moto montaba electrónica de serie y neumáticos normales comerciales, todo por reglamento. Lo cierto es que Miller no lo hizo nada mal. A pesar de que otro piloto se chocó contra él y acabaron en el suelo, pudo subirse al podio en la segunda carrera con una tercera posición que supo a mucho.
No obstante, y a pesar de esa tercera posición, el australiano competía en bastante desigualdad, siendo incapaz de acercarse al grupo de cabeza de la carrera conformado por Maxwell y Allerton, que le sacaban dos segundos. Dos segundos teniendo en cuenta que los rivales tenían electrónica y neumáticos de competición, una ventaja bastante clara respecto al jinete del Mundial de Motociclismo.
Si indagamos en la cuestión, la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) no permite a los pilotos del Mundial de Motociclismo entrenar ni correr con motocicletas de producción que equipen electrónica de competición. Pero, ¿por qué es esto así? El objetivo es que los pilotos de MotoGP no puedan subirse a motos de SBK camufladas. Según el artículo 1.15.1 C del reglamento de la FIM acordado con Dorna, se permite el entrenamiento del piloto y la familiarización con la pista en cualquier momento y circuito, pero con algunas condiciones.
Entre ellas, que la participación no suceda dentro de los 14 días anteriores a la celebración de un Gran Premio (o lo autorice Dirección de Carrera), así como se establece que los pilotos solo puedan competir con motos de la misma cilindrada con motos de producción en serie, homologadas para carretera.
Lo que sí se permiten son algunos cambios, previa autorización por el director técnico de MotoGP, Danny Aldridge. Entre esas autorizaciones, se pueden permitir cambios en llantas, pinzas de freno, bombas de freno, latiguillos y discos, suspensiones, retirada de piezas como espejos, estriberas, manillar y palancas, escapes y neumáticos únicamente disponibles comercialmente; no permitiéndose neumáticos con las especificaciones de los de MotoGP.
Dicho esto, según el artículo 1.15.1 C de la FIM, a Miller no se le permitió correr con la centralita modificada como las que usan otros pilotos en el ASBK, que es el modelo MoTeC M130 ECU, reprogramada, y también utilizada por otras competiciones como MotoAmerica o el Campeonato Italiano de Superbikes. Tan solo modificar la centralita de la Ducati de competición del ASBK puede valer hasta 7,000 dólares, Mientras, la ECU de Miller es exactamente la misma, pero de serie, y sin reprogramar que una moto de calle.
Asimismo, y como hemos comentado anteriormente, se estipula que los pilotos de MotoGP sólo podrán utilizar neumáticos disponibles comercialmente, pues la FIM no permite a los pilotos de MotoGP entrenar ni correr con motos de producción que equipen electrónica de competición. Esto quiere decir que Miller ha tenido que pilotar con los neumáticos que cualquier persona podría comprar en cualquier establecimiento comercial. En concreto, eligió unos slicks de Michelin
La diferencia es que los neumáticos en el ASBK son elegidos por cada equipo. Mientras Miller utilizaba unos slicks de Michelin comerciales, su compañero de Ducati, Maxwell, utilizaba unos Pirelli de competición. En el ASBK lo llaman la "guerra de los neumáticos", y es que desde la temporada 2020, cada equipo puede elegir qué gomas usar para toda la temporada. La diferencia entre unos Michelin, Dunlop o Pirelli puede ser de hasta dos segundos depende el piloto, según las pruebas que hicieron en 2020 en Phillip Island todos los equipos en pista.
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Mientras que el resto de pilotos están acostumbrados a rodar durante todo el año con los mismos neumáticos de competición y centralita modificada, el piloto de MotoGP ha tenido que adaptarse en tan solo dos días de entrenamientos a unos Michelin comerciales y una moto con electrónica de calle. Y a pesar de ello, ha sido capaz de dar la talla y acabar en el podio.