 Redacción @todocircuitoweb |
La presencia de Casey Stoner en el paddock del Circuito de Portimao ha dado muchos titulares. El piloto australiano ha vuelto a disfrutar de un fin de semana de competición tres años y medio después de acudir como invitado al Gran Premio de Italia de la temporada 2018, y además de reencontrarse con viejos conocidos como Valentino Rossi o Andrea Dovizioso, el #27 también tuvo la oportunidad de conocer a algunos de los talentos que ahora mismo están despuntando en el campeonato, entre ellos el ya proclamado campeón de Moto3, Pedro Acosta.
El bicampeón de MotoGP aceptó la invitación de Simon Crafar para comentar juntos el warm-up de MotoGP del domingo, una interesante charla que se pudo escuchar a través del Videopass en la que Casey habló de cuál ha sido, en su opinión, su mayor fortaleza como piloto durante las siete temporadas en las que estuvo compitiendo en la categoría reina del mundial, tiempo suficiente para ganar dos títulos con Ducati (2007) y Honda (2011).
"Mi mayor fortaleza quizás fue mi falta de orgullo", revela Stoner a la pregunta de Crafar. "Muchos pilotos tienen ese orgullo como yo le llamo de no querer cambiar o adaptarse, quieren que la moto se adapte a ellos, siempre están diciendo 'es que la moto no se adapta a mi estilo, es que no tengo feeling'... si tú no haces que algo suceda, eso no va a suceder".
Según el propio Stoner, esta cualidad le permitió adaptarse mejor que nadie a los cambios de temperatura y condiciones que se producían de un día para otro en pleno gran premio: "Si la moto no funciona para ti, trabaja tú con la moto, por eso yo siempre me adaptaba rápido a las condiciones cuando cambiaban, era por mi falta de orgullo sobre la moto. Cuando volvía al box, era el primero en admitir que había cometido un error. No era de los que veían a otros pilotos con sus motos y decía 'no puedo hacer esto porque no tengo esa moto'. Yo llegaba al box y decía '¿qué tenemos que hacer para ganarles?'. Si tienes demasiado orgullo nunca vas a aprender".
Stoner era un piloto en continua evolución, siempre fijándose en las cualidades de sus rivales para aprender de ellos e ir introduciendo cambios en su moto y en su propio estilo que, en otra disciplina como los coches, sería mucho más complicado: "Este deporte tiene muchas maneras de abordar las cosas, no es como en la F1 donde todo está dictado por la aerodinámica y esas cosas. Aquí tienes muchas opciones diferentes a la hora de abordar una misma situación. Jorge (Lorenzo) tenía muchas cosas que me gustaban, de Valentino (Rossi) destacaría el modo en el que peleaba y sabía leer las carreras".
Sin embargo, ni Lorenzo ni Rossi fueron los pilotos que más sorprendieron a Casey Stoner durante su paso por el Mundial de MotoGP: "La persona de la que más he aprendido a lo largo de toda mi carrera deportiva fue Dani Pedrosa, el modo en el que a veces sabía encontrar la velocidad en ciertos momentos me dejaba loco, decías '¿cómo diablos lo hace?'. Cuando me convertí en su compañero en 2011, fue lo mejor que me ha ocurrido nunca, porque en los años anteriores que estuve en Ducati nunca pude usar la telemetría de mi compañero para encontrar el modo de ir un poco más rápido, y eso fue negativo para mí. Nadie podía ayudarme diciendo 'vale, aquí tú eres más rápido que yo', y eso siempre es un beneficio".
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Pese a que Stoner y Dani usaban dos motos con distinta configuración, el #27 se pasaba muchas horas en el box junto a sus ingenieros para leer los datos del piloto español y entender por qué en ciertos sectores y curvas Pedrosa era netamente más rápido que Casey: "Con Dani, de nuevo me quité el orgullo y siempre me fijaba en lo que hacía en determinadas partes del circuito, y con la misma moto a veces era capaz de destruirme, y yo me quedaba diciendo '¿qué está haciendo diferente?'. No usaba su setup porque yo iba por mi propio camino, pero él hacía algunas diferentes y yo pude aprender de eso y me hizo más fuerte", afirma Stoner.
