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Cuando un piloto que lo ha ganado absolutamente todo se pasa 581 días sin subir al podio, ese periodo de tiempo se convierte en una auténtica agonía. Esos 581 amaneceres, esas 13.944 horas, esos interminables 836.640 minutos es el vacío que Marc Márquez tuvo que soportar entre su última victoria en Valencia 2019 y su triunfo en el Gran Premio de Alemania 2021, el primero tras salir de su lesión el húmero derecho.
Marc dejó atrás meses de incertidumbre y de muchas dudas, consciente en todo momento de la gravedad de una fractura que podía incluso comprometer su futuro deportivo dentro de MotoGP. Muchas noches de insomnio que finalmente acabaron de un plumazo cuando cruzó la línea de meta de Sachsenring el pasado 20 de junio, una victoria que casi le transmite el mismo sabor que un título mundial al de Cervera.
Antes del reinicio del curso 2021, Honda ha querido rendirle un homenaje a su piloto de mayor éxito a través de un vídeo titulado 'Un viaje de 581 días, la destacable recuperación de MM93', una pieza de diez minutos que se centra en dos momentos clave de la temporada de Marc: su reaparación en Portimao con un trabajado séptimo puesto y su triunfo en su feudo personal de Sachsenring, donde nadie más ha vuelto a ganar una carrera de MotoGP desde que Márquez subió de categoría en 2013.
En el vídeo, Marc confiesa que esta lesión y estos meses de incertidumbre también tienen cosas positivas a la hora de forjar la personalidad de un piloto: "Es cierto que después de esta lesión sentí que mi forma de ver la vida había cambiado un poco. Dicen que de los momentos duros aprendes y cambias, y sólo el tiempo dirá si soy mejor o peor", cuenta el piloto de español.
Recordando su regreso en Portugal y sus lágrimas al volver al box, el #93 asegura que fue incapaz de contener sus emociones tras ser recibido entre aplausos por su gente: "Soy una persona que intento mantener las emociones para mí. Ese día llegué al box y vi a todo el mundo, y simplemente empecé a llorar. No sé por qué, porque no sentía dolor, sí que estaba cansado, pero era pura emoción. No puedo explicarlo, porque intenté mantenerlo dentro de mí, pero me resultó imposible".
Ya desde el principio, en Portimao, Márquez se dio cuenta de que su forma de afrontar las carreras sería muy diferente de ahora en adelante: "Acabé séptimo, ¿cuántas veces he sido séptimo a lo largo de mi carrera? Cuando antes iba a quedarme fuera del top 3 o el top 4, yo empujaba para llegar al podio o caerme. Pero es cierto que ahora en este periodo mi mentalidad es totalmente diferente, tengo tiempo para volver a ser el de antes, pero iré paso a paso".
La victoria de Alemania no sólo fue un revulsivo para un equipo que lleva sufriendo más de un año. Mantener su imparable racha de victorias en la pista de Sachsenring también le quitó a Marc un enorme interrogante que planeaba sobre su cabeza: "Tenía dudas. No sólo meses antes, incluso una semana antes. No sabía si podría llevar la moto otra vez como yo quiero y llegaba a un circuito como el de Sachsenring, que es muy bueno, pero llegaba después de haberme caído tres veces seguidas. Mi instinto me decía 'vale, será difícil, pero este fin de semana es el día'". No es sólo una victoria. Es algo más".
Durante una parte de estos 581 días que ha estado alejado del podio, el piloto catalán se refugió en su familia y en su gente de Cervera, dejando en pausa todo el peso mediático que implica llamarse Marc Márquez y ser el mejor piloto en la última década del campeonato: "Durante los últimos meses me he olvidado de todo. Intentaba desconectar sin leer noticias o entrar en las redes sociales. He intentado concentrarme únicamente en mi vida personal y profesional. No estoy cerca de ser el mismo Marc y me gustaría decir que ya lo soy. Todavía sufro en las curvas de derechas, y también en los cambios de dirección", matiza Márquez.
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Aquí puedes ver el vídeo completo 'Un viaje de 581 días, la destacable recuperación de MM93':