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Lo que arrancó en 2017 como una sólida asociación dispuesta a plantarle cara a Marc Márquez, ha acabado disolviéndose cinco años después muy lejos de los objetivos que ambas partes se habían marcado. Maverick Viñales dejará de ser piloto Yamaha a partir del próximo 31 de diciembre, una decisión tomada por el propio piloto que la fábrica de Iwata no ha tenido más remedio que aceptar a pesar de que Viñales todavía estaba obligado por contrato a correr para Yamaha en 2022.
En Assen, horas antes de hacerse oficial el divorcio entre Maverick y la firma de los diapasones, el piloto español habló en rueda de prensa sobre la relación que ha mantenido con Yamaha durante estos últimos días, especialmente a raíz de sus duras críticas hacia la marca japonesa en Sachsenring, cuando Viñales calificó de falta de respecto hacia él todo lo que venía soportando en Yamaha durante los últimos meses.
El piloto de 26 años afirmó el domingo "no haber recibido ningún mensaje" de parte de Yamaha Japón durante los días previos a la carrera de Assen, aunque dejó que su relación con la cúpula nipona de la marca siempre había sido buena: "Tengo muy buena relación con Yamaha Japón. Creo que son geniales, tanto el presidente como la persona responsable de competición ponen mucho entusiasmo y coraje".
Maverick reconoció en rueda de prensa que su última renovación le pilló por sorpresa. Lejos de esperar a ver cuáles eran sus resultados a lo largo del curso 2020, los de Iwata le ofrecieron renovar muy pronto, en el mes de enero, un movimiento que el dorsal #12 no se esperaba: "Cuando me renovaron en 2020 yo estaba como '¿¿qué??', porque yo no había podido dar mi máximo, y le dije al equipo que no me iba a rendir, entonces no sabía por qué no era capaz, y me renovaron dos años más. No entendía por qué".
Desde que Viñales explotó en Alemania -donde acabó el último-, el piloto español ya tenía tomada la decisión de dejar el equipo al término de este mismo año: "Sinceramente en estos últimos días no esperaba nada de nadie, sólo de mí. Por supuesto que tengo mucho respeto por Yamaha, muchísimo, y lo aprecio mucho porque se han implicado conmigo muchas veces. Sí, hemos hecho buenos resultado, pero no sé por qué no he sido capaz de ser más rápido y constante. Sólo voy a pensar en mí, pero a Yamaha le tengo que dar las gracias por tantas oportunidades, siempre han sido geniales conmigo, me han ofrecido siempre una sonrisa, y esto es lo más importante".
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De hecho, el piloto catalán quiso dejar claro que el trato humano con el equipo siempre ha sido positivo, no así el apartado técnico, donde ha encontrado muchas lagunas a lo largo de los últimos años: "Obviamente estoy más decepcionado por el lado técnico. Por el lado humano no lo estoy, en este sentido estamos bien. Aquí no tengo que decir nada, pero en el lado técnico sí, ya lo estuve en años anteriores, en 2018 también fue difícil".
"En 2019 de algún modo encontraremos algo", señala Maverick, "pero luego en 2020 cambiamos todo otra vez, toda la moto, y entonces empezamos a perder otra vez el camino. Sinceramente por el lado humano estoy contento, y aprecio mucho a la gente de Yamaha. En el fondo esto es lo importante. Pero lo que pasó en Alemania fue muy doloroso, fue duro digerir ese resultado, muy difícil", concluye el español.