 Redacción @todocircuitoweb |
La noticia saltaba a media tarde en Valencia, minutos después de acabar la rueda de prensa oficial previa al Gran Premio de Europa. Como si de pólvora secada durante 10 años en un sombrío granero se tratara, el rumor de que Yamaha estaba siendo investigada por una presunta irregularidad en sus motores no tardó en llegar a todos los rincones del paddock, saltando rápidamente todas las alarmas entre los pilotos de Iwata.
Ninguno quiso hablar sobre este asunto hasta conocer la postura oficial de la marca, pero era evidente el clima de preocupación que se vivía en los boxes de los equipos Monster y Petronas ante la posible pérdida de puntos de sus pilotos en un momento decisivo para el campeonato.
El asunto se puede resumir en un párrafo: Yamaha, tras comprobar que las válvulas de sus motores 2020 eran defectuosas -Rossi y Morbidelli rompieron sus motores en los GGPP de España y Andalucía-, solicitó a la MSMA la apertura de sus motores para cambiarlas. Los demás fabricantes pusieron como condición recibir más documentación relativa al problema, y fue entonces cuando Yamaha optó por retirar la petición y tirar por la tangente abriendo los motores fuera del reglamento para cambiar las válvulas.
El director técnico de MotoGP se percató de ello, y tras presentarle todas las pruebas al Panel de Comisarios de la FIM, este organismo anunciaba hace sólo un par de horas una sanción que para muchos no está a la altura de la irregularidad cometida por Yamaha: retirarle a los de Iwata 50 puntos en el mundial de constructores (los 25 puntos cosechados en el GP de España multiplicado por dos), además de anular los puntos que el Monster Energy Yamaha Team y el Petronas SRT sumaron en esa carrera de cara al mundial de equipos.
Tanto Fabio Quartararo como Maverick Viñales y Franco Morbidelli respiraban tranquilos al saber que los puntos que habían conseguido en esa carrera (25, 20 y 11 respectivamente) no los perdían. Y es que, de lo contrario, los tres pilotos de Yamaha se habrían descolgado de la lucha por el título a falta del último triplete para cerrar el año. De haberles retirado esos puntos, Quartararo y Viñales habrían pasado a estar a 39 puntos de Joan Mir, y Morbidelli a 36 con 75 puntos en juego hasta Portimao.
Al haberse conocido la sanción a última hora de la tarde, los pilotos de MotoGP no han podido valorar ante la prensa la penalización que Yamaha ha recibido por haber abierto el motor sin permiso, aunque algunos ya han aprovechado sus redes sociales para dejar bien clara su postura.
El primero en saltar ha sido Marc Márquez. El de Cervera, todavía de baja en su domicilio recuperándose de su lesión en el húmero derecho, escribía un mensaje breve y contundente en sus redes sociales en alusión a la penalización que ha recibido Yamaha: "Ahora resulta que los pilotos no nos beneficiamos de las ventajas mecánicas. Tela marinera", tuiteaba el catalán dando a entender su disconformidad con el hecho de que ninguno de los pilotos de Yamaha haya sufrido las consecuencias de esta trampa tan descarada que han llevado a cabo de los de Iwata.
Ahora resulta que los pilotos no nos beneficiamos de las ventajas mecánicas😅 Tela marinera🤦🏻♂️
— Marc Márquez (@marcmarquez93) November 5, 2020
Leer también: Valentino Rossi pone rumbo a Valencia
En cualquier caso, la situación de los pilotos de la marca japonesa tampoco es fácil en relación a su asignación de motores. A Maverick Viñales sólo le quedan dos motores, ambos con muchos kilómetros a sus espaldas -en Teruel ya redujo su tiempo en pista en los libres para no forzar los propulsores-, y Fabio Quartararo todavía tiene los cinco motores a su disposición, aunque el francés sólo ha usado tres de ellos desde Jerez por miedo a utilizar algunos de los dos primeros por llevar montadas las válvulas defectuosas, lo que le ha obligado a superar ya la vida media de los otros tres propulsores, estimada aproximadamente en 2.000 kilómetros por motor.
