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Hacía cuatro años que Stefan Bradl no participaba en tantas carreras del Mundial de MotoGP. Desde que el piloto alemán abandonó la disciplina del LCR Honda a finales de 2016 para poner rumbo al WSBK, sus participaciones en grandes premios se habían limitado los wild-cards acordados con Honda en 2018 y 2019 además cubrir la baja por lesión de algunos de sus pilotos, como es el caso de Jorge Lorenzo.
En 2020, sin embargo, Bradl va camino de completar el próximo domingo la que será su octava carrera del año a los mandos de la RC213V de Marc Márquez, cuya baja para el Gran Premio de Teruel ya está confirmada, abriendo ahora la puerta a un posible regreso en el mes de noviembre en alguna de las dos carreras de Valencia.
A diferencia de los resultados que el rookie Alex Márquez está cosechando en esta segunda mitad de temporada -en Aragón sumó su segundo podio consecutivo-, el piloto de Augsburg sigue sin encontrar su sintonía con la Honda 2020, una moto que, según palabras del propio Bradl, dio un paso adelante decisivo a nivel de puesta a punto durante el último test oficial celebrado en Misano en el mes de septiembre.
Hablando para Speedweek.com, el probador de HRC ha intentado arrojar algo de luz sobre los motivos que han llevado a su compañero de box, Alex Márquez, ha alcanzar el excelente nivel demostrado en las últimas carreras: "Alex ha realizado todos los cambios en el set-up que Honda le ha ido aconsejando. Lo hizo en el test del martes después del primer Gran Premio de Misano, y desde entonces ha mejorado dando pequeños pasos. No siempre fue en la dirección correcta, a veces tuvo que retroceder uno o dos pasos. Entiende muy bien la moto en este momento, por eso fue tan competitivo el domingo. Sólo puedo felicitarle porque hizo una carrera increíble".
Bradl, por su parte, intenta aplicar esta misma configuración en su RC213V, aunque los resultados de momento no son los esperados: "De algún modo nosotros también estamos siguiendo estos cambios en la configuración dentro de nuestro box, sobre todo en la geometría del chasis. Ahora tenemos un set-up que todos los pilotos podemos asimilar mejor".
Uno de los mayores hándicaps que Stefan está sufriendo este año es su falta de velocidad en los entrenos de clasificación, lo que se traduce en una posición de salida muy retrasada que le impide meterse en la lucha por el top 10. En lo que va de año, su mejor resultado en una Q1 ha sido un 19º puesto: "Me estoy encontrando con un límite en los clasificatorios que no me permite ir más allá, tengo que ganar más confianza y adaptar mi estilo de pilotaje. Pero estoy feliz porque vamos en la dirección correcta y dando pequeños pasos".
Analizando la situación actual de Honda, Bradl no oculta que la marca "ha pasado por momentos difíciles, no hemos sido demasiado competitivos en los últimos meses, y sin Marc la situación ha sido todavía más difícil. Pero mantenemos la calma, seguimos trabajando e intentando cosas nuevas. El desarrollo está congelado, así que sólo podemos trabajar en pequeñas áreas con el chasis y la electrónica, por ejemplo. En este aspecto hemos hecho muchas cosas, en realidad prácticamente todo".
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El alemán es consciente de que la moto que tienen ahora ha mejorado en todos los aspectos respecto al prototipo que se encontró en Brno, unos avances en los que Bradl tiene mucho que ver gracias al trabajo de test que él y su equipo técnico -capitaneado por Santi Hernández- están realizando durante los fines de semanas de competición, sacrificando su trabajo específico de cara a la carrera: "En Le Mans ya se pudo ver la primera gran mejora de la moto, ahora también en Aragón, sobre todo con Alex y Cal. Alex logró un ritmo excelente el domingo en seco. Estamos haciendo un gran esfuerzo probando muchas cosas, pero vale la pena y no podemos dejarlo ahora", concluye Bradl.