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Los seis probadores oficiales de las seis fábricas inscritas en el Mundial de MotoGP han ofrecido esta tarde una rueda de prensa en Portugal previa a las dos jornadas de test privado que acogerá el Circuito de Portimao entre el miércoles y el jueves, una oportunidad única para que todos los equipos preparen sus prototipos de cara al Gran Premio de Portugal del mes de noviembre.
Entre los test-riders que han acudido al circuito luso no podía faltar Jorge Lorenzo, el único que pilotará una Yamaha YZR-M1 durante los próximos dos días a diferencia de Maverick Viñales y Valentino Rossi, que rodarán con sendas YZF-R1 de producción para no contravenir el reglamento de la FIM.
Curiosamente, y para sorpresa de todo el paddock, Jorge Lorenzo no empleará la versión 2020 de la M1. Tal y como el balear ha confesado en rueda de prensa, Yamaha no ha tenido tiempo para prepararle un prototipo de este año a pesar de que el resto de fábricas sí pondrán en pista las motos de 2020: "Llevaré la misma moto que en Sepang, no la nueva, no pudieron traerla. Me dedicaré a buscar el cambio de marchas y los neumáticos para este asfalto. Ese será mi primer objetivo, pero también, como tercera parte, jugar con la configuración, pero como es la moto de 2019 y cambia un poco es menos importante que las marchas y los neumáticos", ha dicho el balear durante la ronda de preguntas.
Antes de viajar desde Suiza hasta Portugal, Lorenzo pensaba que se pondría a los mandos de la misma moto que llevan el resto de pilotos de la fábrica de Iwata este año, pero cuando ha entrado al box esta tarde le han comunicado que trabajará con la misma moto con la que ya rodó el pasado mes de febrero en Sepang, es decir, una M1 del año pasado: "Hablé con Meregalli y me dijeron que probablemente tendría la de 2020. Me dijeron que no tuvieron tiempo para preparar la moto de 2020, con lo que no estuvieron listos para traerla. Es una pena no tener la misma moto que los pilotos oficiales, pero supongo que lo intentaron al máximo para traer la nueva y no pudieron. Nos apañaremos con lo que tenemos".
A la pregunta de por qué motivo será el único test-rider presente en Portimao con una moto del año pasado, Lorenzo ha respondido que "es una pregunta que hay que hacer a ellos [Yamaha] porque yo simplemente he preguntado qué moto era y me han dicho que era más o menos la de Sepang y no he preguntado mucho más porque tampoco mis preguntas iban a afectar a que me trajesen la moto. Han traído esa moto, es la moto que me toca y ya está. No he preguntado mucho más. Lin Jarvis o Maio sabrán las razones exactas".
Por último, cuestionado sobre su inactividad durante estos meses como probador de Yamaha, Lorenzo culpa a la pandemia de coronavirus de su falta de test a pesar de que el resto de fábricas sí han podido entrenar durante los meses de verano: "Quiero creer, y realmente creo, que ellos intentaron lo máximo que pudieron hacer los máximos test posibles, pero las circunstancias con el COVID, por distintos motivos, impidieron que esto pasara. Por supuesto, creo que sin el COVID habríamos tenidos esos 15-16 días de test planeados".
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El tricampeón de MotoGP dice "no creer que me estén desperdiciando" con esta falta de entrenamientos privados, "especialmente a propósito porque creo que, hablando económicamente, puede ser la fábrica que gasta más dinero en ello. Con lo que no es lógico pensar así. Realmente, creo que las circunstancias del COVID no ayudaron al equipo a probar más", resume el español.