Foto: Motogp.com
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Nico Terol siempre será recordado por ser el último campeón del mundo de la ya extinta categoría de 125 cc en el año 2011, la última temporada previa a la llegada de las Moto3 de cuatro tiempos al Mundial de Motociclismo. El piloto de Alcoy cosechó un total de ocho victorias aquel año que le permitieron conseguir su sueño de proclamarse campeón del mundo por delante de Johann Zarco y de Maverick Viñales, los dos grandes rivales de Terol en aquella temporada 2011.
Nueve años después, Terol ha ofrecido una amplia entrevista a DAZN bajo el título 'Nico Terol, un adiós no definitivo' (que puedes ver completa aquí) en la que el piloto español recuerda cómo fueron aquellos años felices en 125 y su posterior etapa en Moto2, una categoría en la que Nico no entró con buen pie y donde poco a poco fue mejorando su nivel hasta cosechar tres victorias en 2013 que le convirtieron en uno de los favoritos por el título al año siguiente.
"El paso de 125 a Moto2 fue el paso al infierno", recuerda Terol en relación a 2012. "Al principio fue complicado. Recuerdo en la parrilla de Qatar, que aún no tenía la moto muy por la mano, me dije '¿qué hago aquí?', y me acuerdo que les dejé pasar a todos, pensé 'esto es una locura, es la guerra'. A medida que avanzó el campeonato fui cogiendo confianza, y el final de temporada fue muy positivo. Acabé 2012 con mucha confianza de cara a 2013, y se vio, con la Suter que no era la moto más competitiva, la Kalex tenía un puntito más, y estuve peleando con los pilotos de cabeza".
Sus tres victorias y el séptimo puesto que el español había logrado en la temporada 2013 de Moto2 le permitían afrontar el 2014 como "favorito" para pelear por el título con pilotos como Tito Rabat, Mika Kallio o el propio Maverick Viñales, uno de sus rivales más fuertes en 125.
Sin embargo, el devenir de aquella temporada 2014 fue una auténtica pesadilla para Terol, que sólo pudo sumar dos puntos en 16 carreras: "Había trabajado muy duro, me sentía favorito. Pero con el chasis nuevo de la Suter, que era más rígido, empecé a caerme. Yo soy un piloto muy seguro y no suelo caerme mucho, y me caía rodando más lento que el año anterior. Esto me hizo perder mucha confianza. Tuve una caída y casi me rompo la cadera. La cabeza empezó a fallarme, me encontraba muy inseguro encima de la moto, veía que no pilotaba igual de cómodo, cuando tenía un susto tenía más inseguridad, más miedos. Me acuerdo que cuando me esforzaba estaba el 15, el 18...".
Foto: Motogp.com
El 2014 acabó, y el equipo de Jorge Martínez Aspar anunció su abandono de la categoría intermedia. Terol se había quedado sin asiento de la noche a la mañana, y aunque confiesa que tuvo alguna oferta para seguir en Moto2, prefirió "cambiar de aires" y poner rumbo al Mundial de Superbikes en 2015 sobre una Ducati del Althea Racing, una decisión de la que ahora, cinco años después, se arrepiente: "Puede ser que fuera un error el irme a Superbikes, porque creo que tenía que haber intentado correr otro año en Moto2 para haberme quedado con un buen sabor de boca".
Tras un breve paso por el Mundial de Supersport con una MV Agusta -disputó varias carreras en 2015 y 2016-, Terol renunció definitivamente a su trayectoria como piloto profesional en el verano de 2016, con sólo 28 años, después de comprobar la falta de competitivdad del proyecto que el Schmidt Racing le había ofrecido: "Tomo la decisión de retirarme como piloto cuando intento correr en 2016 el Mundial de Supersport con un equipo húngaro que no tengo ni técnico".
En ese momento tras la retirada, el ahora coach de pilotos del Aspar Team Junior asegura que "te sientes solo, sientes que te falta algo, la adrenalina de subirte a una moto e ir al límite, es muy duro. Te sientes muy vacío. Te haces muchas preguntas. Te dices 'tío, estoy solo', no saboreo la sensación de ir al límite, con todos los podios que he tenido y ahora lo disfrutaría, ¿por qué no los he disfrutado como debía?'", se pregunta Terol, que califica su palmarés como "muy bueno" y su nivel lo suficientemente alto como para haber probado suerte en MotoGP de no haberse marchado del paddock en 2014.
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El que fuera campeón del mundo de 125 en 2011 reconoce que en el paddock del mundial "hay cero paciencia", y califica el deporte de la moto como "bonito, pero cruel en algunos momentos". Sin embargo, para Terol el ser piloto de carreras es algo "muy bonito, es la mejor droga del mundo", y eso le ha llevado a seguir corriendo de forma puntual en los últimos años tanto en el Mundial de MotoE -donde no participará este año- como en el Mundial de Resistencia, donde ya ha disputado alguna carrera sobre una Honda y en el que sigue involucrado junto al VRD Igol Pierret Experiences en calidad de piloto de reemplazo para este 2020.