Foto: Francisco Fraile Martín
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La tercera etapa del Campeonato del Mundo de Superbikes se disputa en MotorLand Aragón. Diseñado por el arquitecto alemán Hermann Tilke en colaboración con el piloto de Fórmula 1 Pedro De La Rosa, el trazado aragonés se inauguró el 6 de septiembre de 2009, aunque no empezó a albergar el Mundial de Superbikes hasta 2011.
Con 5.077 metros de longitud y entre 12 y 15 metros de ancho, el trazado es idéntico al que se utiliza en MotoGP, si bien las superbikes son 2 segundos y 7 décimas más lentas por vuelta: Chaz Davies logró en 2017 el récord oficial con un tiempo de 1'49.319, mientras que en 2015 Marc Márquez obtuvo la pole con un 1’46.635 que se mantiene como récord absoluto de Aragón.
La pista, considerada bastante técnica, es dura para los frenos porque no permite que los discos de acero se enfríen debidamente, sobre todo en la primera parte: en esa sección, la larga serie de apuradas de frenada seguidas puede poner en dificultad a los frenos.
Según los técnicos Brembo que trabajan en estrecha colaboración con 15 pilotos del Mundial de Superbike, MotorLand Aragón es un circuito difícil para los frenos. En una escala de 1 a 5 se le ha atribuido un índice de dificultad 4, igual al de Jerez, de Magny-Cours y el de Villicum.
Las Superbikes recurren a los frenos en 10 de las 17 curvas del circuito. La presencia de una recta de llegada de 630 metros y de otras más cortas que terminan en curvas cerradas multiplica los tiempos de frenada: por primera vez, este año los pilotos frenan durante más de medio minuto por vuelta, para ser exactos durante 33 segundos.
Foto: Francisco Fraile Martín
En las 18 vueltas, los frenos se utilizan durante casi 10 minutos, un valor muy alto para carreras que duran 33 minutos y medio. El gran número de curvas una detrás de otra de la primera parte del circuito comporta una desaceleración media bastante reducida: solo 1,09 g frente a los 1,27 g de la pista tailandesa que albergó la ronda anterior. Sumando todas las fuerzas que ejerce un piloto en la maneta del freno desde la salida hasta la bandera de cuadros, el valor supera los 750 kilos.
De las 10 frenadas de MotorLand Aragón, dos se consideran muy difíciles para los frenos, seis son de dificultad media y dos son ligeras. La más dura de todas es la última curva porque las Superbikes llegan después de recorrer una recta de 968 metros: estando a 305 km/h frenan durante 4 segundos y 238 metros para tomar la curva a 151 km/h. Durante la frenada sufren una desaceleración de 1,5 g, es decir 0,28 g más que la que registra un Porsche 911 GT3 RS 4.0 en frenada partiendo de 100 km/h.
En la primera curva, las Superbikes pasan de 274 km/h a 87 km/h en 4,7 segundos, mientras que el sistema de frenos alcanza una presión de 11,2 bar. En la misma curva, en cambio, los MotoGP llegan más rápido (289 km/h) y, sin embargo, utilizan los frenos de carbono durante menos tiempo (4,5 segundos).
La carga en la maneta del freno también es alta en la curva 15: la frenada dura 4,7 segundos aunque la velocidad se reduce de 107 km/h y los pilotos ejercen 4,8 kg de carga y la presión del sistema de frenos toca los 10,2 bar.