El mundial de motociclismo llega a Japón y toca madrugar para aquellos que no quieran perderse ni una sola prueba de las distintas categorías, ahora que la lucha por los tres títulos mundiales está más abierta que nunca y a con sólo tres carreras más por delante cuando termine Motegi.
El Gran Premio de Japón se celebra este fin de semana después de haber estado en el aire durante varios meses, debido al terremoto que sufrió el país el pasado 11 de marzo, lo que causó graves daños en la central nuclear de Fukushima, que se encuentra situada a menos de 200 kilómetros del trazado. En principio, los pilotos, que han mantenido numerosas reuniones a lo largo de estos meses para tomar una decisión unánime respecto a correr o no en Japón, se plantaron y dijeron que no irían. Sin embargo, finalmente el sí rotundo de Valentino Rossi hizo que el resto de corredores cogieran sus maletas con rumbo a Japón.
Los horarios sólo aptos para madrugadores. La diferencia horaria entre Europa y Japón va a hacer que aquellos que no se quieran perder ni un entrenamiento tengan que darse un buen madrugón.
Todas las pruebas podrán ser seguidas por el canal Teledeporte y la clasificación y la carrera, también por TVE.
Los horarios son los siguientes:
Viernes 01/10. Primeros entrenamientos libres.
125 (2.15 horas)
Moto 2 (4.10 horas)
Moto GP (3.10 horas).
Viernes 01/10. Segundos entrenamientos libres.
125 (6.15 horas)
Moto 2 (8.10 horas)
Moto GP (7.10 horas).
Sábado 02/10. Terceros entrenamientos libres.
125 (2.15 horas)
Moto 2 (4.10 horas)
Moto GP (3.10 horas).
Sábado 02/10. Clasificación.
125 (6 horas)
Moto2 (8.15 horas)
Moto GP (6.55 horas).
Domingo. Carreras.
125 (5 horas)
Moto 2 (6.15 horas)
Moto GP (8 horas).
Un circuito modificado en el año 1999
El de Motegi es un trazado modificado en el año 1999, y que cuenta con una longitud total de 4.801 metros. Los pilotos deberán tomar un total de catorce curvas en cada giro, de las que ocho serán de derechas y seis de izquierdas. El circuito está ubicado a 90 kilómetro de la capital de Japón, Tokio.
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Por Patricia Carnero.
