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Un hombre de 52 años fue detenido el pasado 29 de junio cerca de Castellón de la Plana por haber destrozado, en presencia de un agente de la Guardia Civil, un radar del tipo Velolaser que en ese momento se encontraba anclado a un guardarrail gracias a la ayuda de un imán.
El detenido es César Ortiz, un vecino de Castellón que, tal y como él mismo relata en redes sociales, explotó cuando vio el control de velocidad que la Guardia Civil había levantado cerca de Pelejaneta, en una carretera limitada a a 60 km/h: "Miles de veces pasé por delante de radares móviles y fijos, y jamás actue hasta el viernes pasado 29 junio 2018, a la altura de la Pelejaneta (una pedanía de Vall Dalba) limitada a 60, pude ver un nuevo radar pequeño pegado a la valla con imanes".
El denunciado dice "no saber" qué le pasó por la cabeza en ese momento: "No pude evitar parar mi vehículo al lado del vehículo del Guardia Civil, y le pregunté amablemente qué límite había. Y me respondió con malas maneras que era problema mío, y le pregunté de nuevo... ¿No te da vergüenza hacer este trabajo? Y volvió a responder con el mismo estilo de antes, que era su trabajo... PUES MIRA QUÉ HAGO CON TU TRABAJO.... lo agarré [el radar] y golpeé contra el guardarraíl, dos veces fueron suficientes para destrozarlo".
Tras destrozar el radar -uno de los nuevos Velolaser que entraron en funcionamiento el pasado mes de abril-, César Ortiz fue detenido por la Guardia Civil: "Llamó de inmediato a sus compañeros de refuerzo que se encontraban a dos kilómetros pistola en mano, los que acudieron a los 10 minutos, saltando del vehículo dispuestos a machacar, pero les sorprendí por mi estado relajado y sumiso, me esposaron y al cuartel de la Guardia Civil para ficharme por primera vez, donde pasé la noche en el calabozo tras prestar declaración".
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El detenido asegura que su acción "no ha sido en contra de la Guardia Civil, sino contra el sistema actual político corrupto que quieren hacer partícipe a un grupo de funcionarios honestos, que consiguen poner algo de armonía en las carreteras, además de llegar ellos los primeros a los siniestros. Les dan primas en los sueldos si llegan a los objetivos marcados, etc. No paraban de repetirme que el sistema es así, todos roban. Los radares fijos en algunos puntos negros de las carreteras son beneficiosos y desaparecen. Por allí bien, pero los Radares Móviles son otra cosa muy diferente, buscan puntos débiles donde el usuario está confiado para robarle la cartera".
César Ortiz está ahora a la espera de juicio por los hechos sucedidos este pasado 29 de junio. De momento, ya ha abierto una recaudación de fondos a través de Facebook para poder pagar el coste de radar Velolaser que destrozó, valorado en cerca de 15.000 euros.
Las imágenes difundidas por SocialDrive -una app que permite compartir información de tráfico en tiempo real- muestran el destrozo que causó el denunciado en su ataque de cólera: